La cantante se sentó junto a Pepa Bueno en el Chester y contó su triste infancia y confesó que aún tiene brotes de bulimia
Ruth Lorenzo se atrevió a sentarse en el Chester este domingo y habló de su triste historia con Pepa Bueno confesando detalles hasta ahora desconocidos para el público. La cantante abrió su corazón y reconoció que está pasando un brote fuerte de anorexia y bulimia este pasado domingo en 'Viajando con Chester'.
Siempre la hemos visto con fuerza y se la ha achacado ser altiva, pero este domingo Ruth Lorenzo se mostró vulnerable y abrió del todo su corazón en 'Viajando con Chester' confesando lo mal que lo pasó en su infancia y relatando detalles de su vista hasta ahora desconocidos como su problemas con la anorexia y la bulimia, que su familia es mormona y que no conoce a su padre biológico.
Ruth Lorenzo tuvo problemas con la comida y a los 9 años comenzó sus coqueteos con la anorexia y posteriormente con la bulimia. "Aprendí a vomitar. Te callas todo y te torturas un poco. Ha sido muy difícil y ahora mismo de hecho estoy pasando un brote bastante fuerte", reconoció.
"La bulimia y la anorexia es como el que es alcohólico. Yo siempre voy a ser así. Y tengo que estar pendiente a los bajones que te dan. Llevaba tiempo sin vomitar y en los últimos meses he recaído alguna vez. Estoy en tratamiento psiquiátrico y psicológico, con un equipo que me ayuda", añadió.
Ruth pasó todos estos problemas en solitario hasta que se lo contó a su mejor amigo y este dio la alerta a su familia. La cantante se sometió a terapia pero finalmente decidió dejarlo: "La primera vez que hice terapia fue a los 18 años y terminé peor, así que no volví a ir nunca". Y ahora está tratándose porque según dice "tengo el coco ido, aunque para ser tan echada para adelante en la vida hay que ser un poco inconsciente".
También hubo tiempo para repasar sus comienzos en el mundo de la música con su participación en 'The X Factor' en Reino Unido. Tras ganar el concurso, la murciana no quiso pasar por el aro de lo que la propusieron y decidió romper su contrato: "Devolví un contrato de un millón. Que le den por culo al dinero. Con esas canciones no era yo. Quería otra cosa que la que me sintiera feliz. Me querían convertir en un 'one hit wonder', ganar dinero con una canción y convertirme luego en un juguete roto", relata.
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