Revilla crea impacto al destapar por qué pudo dimitir por culpa de Telecinco y Xavier Sardà

Miguel Ángel Revilla aprovechó su entrevista en ‘Joaquín, el novato’ para señalar directamente a Telecinco y Xavier Sardà, por un suceso que casi acaba con su vida política

‘Joaquín, el novato‘ ha contado este miércoles 23 de noviembre con la visita de Miguel Ángel Revilla. Todo el equipo del programa de Antena 3 se ha desplazado hasta Cantabria, donde el presidente de Cantabria hacía balance de su dilatada carrera política, llegando a confesar como un día casi lo deja todo por culpa de Telecinco y Xavier Sardà.

El presidente cántabró aseguró que todo empezó con la invitación a una boda. «Me invitaron a la boda de los Príncipes, actuales Reyes. Aurora [su mujer] y yo íbamos de punta en blanco. He ido a muchas bodas y, aquí, en Cantabria, se tira la casa por la ventana. Empiezan a sacar platos como locos», comenzaba relatando el político.

Según Miguel Ángel Revilla, en el caso de los Reyes, cuando llegó al Palacio Real empezaron sirvieron solo queso y jamón. «Resérvate, que abajo va a haber munición acorde con una boda real», le aconsejó Revilla a su esposa, con la que fue acompañado en todo momento. Tras esto, explicaba que «me fui a la mesa a ver qué había. Me mosqueé porque vi escrita poca letra y rara. Era un crêpe de croie a las finas hierbas, que al final era un canapé muy pequeño».

A Revilla no le gustó lo que pudo comer en la boda de los reyes, y acabó confesando que «comió lo poco que le dieron». Cuando le preguntaron por la boda, él fue muy sincero. «Yo hablé bien de la boda. De que la reina Letizia iba guapísima y que todo estaba muy organizado, pero también dije que a las siete de la tarde me tuve que comer un bocadillo».

«Tuve la dimisión en la mano»

Fueron estas palabras las que provocaron un gran revuelo. Sus declaraciones llegaron a ‘Crónicas Marcinas, el show de Xavier Sardà en Telecinco, donde se le criticó muy duramente. «Yo no vi el programa, pero seis millones de personas sí. Fue un programa de una hora dedicado a mí. Esa noche había un tribunal en plató en el que se decía ‘esto pasa por invitar a gente de pueblo’. El único que me defendió fue Boris Izaguirre», relataba Miguel Ángel Revilla a Joaquín.

Al día siguiente, el economista recibió una llamada a su despacho que nunca olvidaría. Aunque no ha contado de quién se trataba, sí daba el mensaje que le transmitía: «Miguel Ángel, te lo dije, la televisión iba a acabar contigo». Sin embargo, y pese a que él pensaba en presentar su dimisión, el calor de su pueblo hizo que se arrepintiera de la decisión: «Tuve la dimisión en la mano. (…) A las doce y media de esa mañana iba a presentar la dimisión, pero antes iba a ir a un acto en la Universidad Menéndez Pelayo, que le daba a Vargas Llosa una medalla de oro. Al bajarme del coche oficial, que me temblaban las piernas, oí un aplauso general. Pensaba que era para Vargas Llosa, pero no. Era para mí. Palabra de honor».