La barbaridad de Celia Villalobos sobre Almudena Grandes en ‘Todo es mentira’: «Te vas a arrepentir»

Celia Villalobos y Verónica Fumanal se han enzarzado en un duro debate en ‘Todo es mentira’ por Almudena Grandes.

Uno de los temas que ha abordado ‘Todo es mentira‘ este lunes ha sido el homenaje que se le hace este mismo 13 de junio a Almudena Grandes en la ciudad de Madrid con la polémica ausencia del alcalde y la vicealcaldesa. Un tema que ha enfrentado en un fuerte cara a cara a Verónica Fumanal y Celia Villalobos.

Y es que Fumanal se ha mostrado muy crítica con que tanto José Luis Martínez-Almeida como Begoña Villacís hayan alegado problemas de agenda para no acudir al homenaje de una de las escritoras de más éxito en nuestro país. Algo con lo que Villalobos no estaba de acuerdo.

«Como llevamos poco tiempo en democracia, creo que en este país somos demasiado sectarios. Esto ha pasado ya antes con otros partidos de izquierdas, que tampoco han asistido a homenajes cuando el homenajeado no era de izquierdas», defendía la ex-ministra del PP. Pero lejos de quedarse ahí, Celia Villalobos no tenía reparos en criticar el «sectarismo» de Almudena Grandes: «Yo he sido siempre una lectora empedernida de Almudena, pero no he entendido el final de su vida, ese sectarismo brutal«.

Unas palabras que indignaban a Verónica Fumanal, que no dudaba en cortarle para reprocharle su crítica. «Hablar así de una persona que ya no está, no, no, no. ¡Que es una persona que ya no está, te vas a arrepentir!«, le advertía su compañera. A lo que Villalobos no tardaba en contestar con un «no me amenaces. ¡No me amenaces!«.

«Repito que a mí como escritora me ha gustado mucho siempre Almudena Grandes, pero ella en sus últimos momentos se volvió excesivamente sectaria diciendo cosas salvajes. Por ejemplo, Almodóvar dijo que hay que hacerle un cordón sanitario al PP. ¡No tiene derecho a decir eso!», incidía la que fuera vicepresidenta del Congreso. «Almodóvar tiene todo el derecho a decir lo que quiera», le replicaba Fumanal.

Lo que hacía que la tensión entre ambas fuera en aumento. «¡Él sí, tu sí y yo no! Tú puedes llamar impresentables al alcalde o a la presidenta de la Comunidad, pero yo no puedo decir esto. Eso es lo que os pasa a la izquierda, que creéis que estáis en posesión de la verdad», se quejaba Celia Villalobos.

«Estás hablando sobre una persona que ya no está, que acaba de fallecer, y lo dices el día en que la nombran hija predilecta… ¡por favor! Yo me represento aquí a mí misma y, como te conozco, te digo que te estás equivocando. Hablar así de una persona que ya no está no te pega en absoluto y refleja un muy mal tono», trataba de decirle Verónica Fumanal a su compañera.

«¡Eso lo dices tú! Ya estamos sentenciando. ¿Por qué sentenciáis a la gente en buenas o malas? Haced el favor de no ser así. Una cosa es Almudena Grandes en el principio y luego otra cuando usa un lenguaje que parte de la sociedad rechaza. Eso no es bueno, puedes defender tus ideas sin ofender a nadie», decía indignada Villalobos. «Hoy no lo haces tú», soltaba la otra colaboradora.

«¿Por qué lo dices tú? ¿Por qué la moralidad tiene que estar siempre en vuestras manos? ¿Tenéis que tener siempre la verdad absoluta? ¡Cada vez sois más sectarios y os parecéis más a los de Vox con separarlo todo en buenos y malos. ¡Por favor, pero qué es esto! A mí no me molesta lo que dices tú, ¿por qué tiene que molestarte lo que digo yo? ¿Por qué? ¿Porque no pienso como tú? ¡Por favor! Yo te respeto, respétame y ya está», le reprochaba Celia.

«Os pido respeto»: Marta Flich pone orden

Era entonces cuando Marta Flich trataba de calmar los ánimos entre sus colaboradoras. «Hablaros, sobre todo, con respeto. Sois dos mujeres de una altura intelectual brutal, que siempre os tratáis bien, os pido respeto«, les advertía. «El respeto pasa por dejar hablar a la otra persona», se defendía Fumanal. «Lo que tú no has hecho», soltaba Villalobos a modo de zasca.

«Podemos hablar de todo el mundo si está vivo. Si está muerto ya no tiene capacidad para defenderse. Insultar a Almudena Grandes como lo has hecho tú…», trataba de argumentar Verónica. «Yo no he insultado», replicaba Celia. «Llamarle sectaria, para mí, es un insulto«, le contestaba Fumanal. «Cuando lo utilizáis vosotros no es insulto, es simplemente descripción. ¡Venga, hombre!«, volvía a quejarse Celia.

«A mí me parece que el día en que Madrid homenajea a una de sus novelistas más importantes no caben los insultos. Y menos cuando ya no están para defenderse. Por último, yo aquí no represento a nadie más que a mí misma, así que cuando te refieras a ‘vosotros’ no te estás refiriendo a mí. Yo me represento solo a mí misma, afortunadamente, así que ese plural te sobra», concluía Fumanal.

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