ANÁLISIS | Semana del 11 al 17 de abril de 2022
Cuando lo que más me interesa actualmente de televisión es la vida por fascículos de Marta Riesco supongo que es muy significativo del momento que atraviesa la pequeña pantalla. Probablemente también haya influido la programación soporífera de Semana Santa, tan pésimo ha sido el contenido televisivo de estos días que he terminado viendo pasos de vírgenes a altas horas de la madrugada y recetas de torrijas. Es lo que tiene quedarte en la ciudad cuando media España disfruta de las primeras chamusquinas dérmicas y la otra se divierte buscando el chiste más ingenioso sobra la falta de piernas de Pablo Urdangarin.
Así que nada, después de asumir mi envidia y pobreza periodística, doy las gracias a Marta Riesco por ser la única individua en este circo que nos ofrece algo de show. Ya sea en forma de playback de final de curso o drama lorquiano, la reportera de 'El programa de AR' es la única que ha movido el cotarro del cotilleo en las últimas semanas. Le perdonamos hasta su mal gusto escogiendo pareja con tal que nos siga ofreciendo sus delirios de grandeza televisados.
Marta Riesco ya apuntaba maneras. Solo hacía falta darse una vuelta por los pasillos de Mediaset para darse cuenta que algo pasaba con Marta. No era ni medio normal encontrársela delante de la máquina de café a las nueve de la mañana emperifollada como si fuera a una fiesta de fin de año organizada por Imelda Marcos. Y oye, cualquier madre le diría a su hijo/a que para salir en la tele hay que ir arreglado, pero entre la contención y el exceso, Risco siempre escogía lo segundo.
Fuera de bromas, la dedicación por su trabajo es innegable. Pero la pobre lo ha hecho todo tan mal… Viendo hacia donde la ha llevado su corazón, buscando la fama o no, tenía dos opciones para sacarle el máximo provecho al asunto y no ha escogido ninguna de las dos. Podía quedarse en un segundo plano, ejercer meramente como periodista y no dar ningún tipo de información sobre su vida, esto le daba cierta entidad en su profesión a la vez que gozaba de cierta popularidad, que podía fingir que no era buscada. Pero no lo hizo, sus ganas de foco la hicieron tirarse al barro.
La otra opción era sacarle el máximo provecho posible al asunto convirtiéndose en un personaje del corazón de peso. A ver, de peso, ya sabemos que no iba a ser Tita Cervera, pero podía haber rentabilizado perfectamente el momento con alguna gran exclusiva o entrevista televisiva bien remunerada. Sin embargo, la muy ingenua se ha dedicado a contar su vida a cambio de que la dejen actuar en ‘Viva la vida’. ¿En calidad de que creías que ibas Marta? ¿De nueva estrella del pop o de relevo de Leticia Sabater? No sé chica, ubícate, que hace siglos que trabajas en el medio.
El recorrido de Marta Riesco parece que será de usar y tirar. Las últimas informaciones apuntan que podría ir a ‘Supervivientes’, pero teniendo en cuenta sus recientes colaboraciones regalando contenido imagino que su caché habrá descendido ligeramente. Independientemente de su presencia en la isla, le queda entonces la ruptura definitiva con el ser, cuatro titulares de pleno despecho, y media página en alguna revista contando que tiene un novio que es jugador del Albacete F.C. Nada bueno hacía presagiar su elección de compañero para saltar a la fama, pero la verdad que el provecho que le ha sacado al asunto ha sido mucho más penoso del esperado. Y me da cierta lástima, sinceramente. Creo que no hay maldad en ella y solo ha perseguido un sueño. Esfuerzo y dedicación no le han faltado, pero su evidente falta de criterio ha terminando haciendo de ella un muñeca de feria de segunda fila.
Sigue toda la información de El Televisero desde Facebook, X o Instagram