La crítica de la semana: Escasos de directo

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 19 al 25 de febrero de 2018

El consumo televisivo tradicional registra mínimos históricos y las cadenas de televisión en vez de apostar por su mayor baza, la retransmisión en directo, rellenan la parrilla nocturna con formatos enlatados.

El espectador agradece infinitamente conectar el televisor y tener la sensación que hay vida al otro lado de la pantalla. La televisión puede entretener, informar pero a la vez tiene la capacidad de acompañar. Esta compañía reside en la complicidad que se genera entre espectador y emisor, en un vínculo a través de las ondas en el que la retransmisión en directo juega un papel fundamental. ¿Cuántos abuelos encuentran cobijo 4 horas cada tarde en el patio de vecinos de ‘Sálvame’? ¿Qué emoción tendría una final de OT si los espectadores la vieran cada uno a la hora que le viniese en gana? Parece que muy pocos son conscientes de esta plusvalía o no quieren asumir el riesgo que entraña producirla. La televisión ya no marca nuestros horarios y la escasez de directo agrava esta situación, ha perdido su capacidad para generar acontecimientos ineludibles bajo la pasividad de unas cadenas que le restan valor al medio desaprovechando su razón de ser.

De lunes a viernes la televisión nacional solo ofrece dos espacios en directo en pleno prime time; por un lado tenemos los ‘Desaparecidos’ de La1 y por otro la recta final de ‘Tu cara me suena’ que como viene siendo habitual se emite en directo.  Su segunda semifinal marcaba un estupendo 19% de share y lideraba la noche con rotundidad frente a la visita de Belén Rueda al salón de masajes de Bertín Osborne. A pesar de los buenos datos de su recta final, la sexta edición del concurso es la menos vista de todas las emitidas hasta la fecha. El formato sigue siendo el mismo pero una de las patas de su fórmula perfecta en esta ocasión chirría. El programa mantiene el humor y sigues disfrutando de algunas voces dentro del delirio de un concurso de disfraces, pero faltan toneladas de carisma por parte de sus concursantes. Un casting rozando lo anónimo en el que pese a la buena voluntad de muchos de ellos tienen la misma capacidad de generar emociones que Pilar Rubio en un intensivo de microteatro. Ni Lucia Gil es Angy ni Fran Dieli es Blas Cantó.  Cuando el gran reclamo para una semifinal es la visita de dos presentadoras externas al concurso, Pedroche y Simón, es que ya todos son conscientes que con lo que hay no basta.

Telecinco que venía siendo la gran abanderada de la programación  en directo vive estos últimos meses una desconexión nocturna total con sus espectadores cuando termina el informativo de Piqueras. Esta semana decía adiós la mejor ficción de la temporada con un notable 17,5% de share y casi tres millones de espectadores. ‘El accidente’ nos dejaba con un sabor agridulce en su despedida a sabiendas que nunca más volveremos a tener constancia de una trama que nos tuvo expectantes hasta el último momento. Una mezcla perfecta entre la idiosincrasia extremeña y el thriller más trepidante, una demostración de que la acción no está reñida con la ficción española al trazar una historia repleta de giros sin perder un ápice de realidad. Todo ello aderezado por un reparto casi perfecto: con la química desbordante entre Inma Cuesta y Quim Gutiérrez, el derroche interpretativo de Eusebio Poncela o la solvencia de unos secundarios que respiran verdad por los cuatro costados.

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