¿Alguna vez habéis experimentado la sensación de haber vivido un hecho con anterioridad? A muchos nos ocurrió este domingo durante el debate de 'GH VIP'. A este fenómeno se le llama ‘Déjà vu’, o, en este caso, repetir una misma jugada que ya se ha realizado en un reality anterior.
No sé si es mera casualidad que la entrada de Aylen Milla coincidiese con la gran noche del cine, pero la casa de Guadalix de la Sierra fue partícipe de un homenaje a los Óscar digno de teatro de pueblo.
Para los que no conocíais a los ‘Maylen’, así se hacen llamar en las redes sociales, provienen de una saga de realities chilenos producidos por Mega. Marco Ferri fue expareja de Michelle Carvalho, conocida modelo brasileña, y de Lisandra Silva, modelo cubana y actualmente concursante en ‘Doble Tentación’. Por otro lado, Aylen Milla era la pareja de Leandro Penna, sonado actor argentino. Ambos entraron en ‘Amor a Prueba’ siendo unos extraños. Allí se conocieron, se enamoraron y encandilaron al público chileno con su ‘joteo’.
Un año después, Mega produjo otro reality similar en el que los protagonistas eran exparejas. Marco y Aylen fingieron su ruptura una semana antes del inicio del programa para poder formar parte del concurso. En esta ocasión Marco Ferri entró al encierro junto a su ‘rollete’ de verano, Gala Caldirola, conocida en España por haber participado en MyHyV. Aylen ingresó varias semanas después, junto a su expareja Leandro Penna, bajo el asombro y la sorpresa de Marco.
A partir de ahora, la historia os debería ser familiar. Antes de la entrada de Aylen al reality, Marco se acercó mucho a Gala. Compartían momentos, charlas, juegos e incluso algún que otro beso. Hay que resaltar que la dinámica del concurso de Chile es mucho más atrevida que en GH España, lo que facilita el contacto entre los concursantes.
Varias semanas después, Aylen entraba al encierro furiosa y dolida. Decía haberse sentido traicionada por Marco y no dudó en pagar su despecho con mofas y humillaciones hacia Gala. Tras varios y duros enfrentamientos entre la expareja, Marco y Aylen se reconciliaron y terminaron el reality juntos. Por supuesto, Gala pasó a un segundo plano para Marco. Sin embargo, el pacto fingido de la ruptura y la crueldad de la argentina le supuso a la pareja la pérdida de parte de sus seguidores, quienes no dudaron en posicionarse a favor de la española.
Una historia bastante similar es lo que está ocurriendo actualmente en GHVIP, con la pequeña diferencia que entre Alyson y Marco parece (o al menos, parecía) existir una conexión real. Lo cierto es que, otra vez, Aylen se siente traicionada por Marco, a pesar de que el italiano se ha comportado de manera excelente. Lo mismo podemos decir de su compañera de risas, quien jamás ha querido acercarse más de lo que debería.
Marco desde dentro, y Aylen desde fuera, han sabido darle a Telecinco lo que ellos querían: decepciones, reproches y llantos, aunque fuesen fingidos y llevados al extremo para conseguir su propósito. La pareja ha llevado a cabo su plan sin levantar sospecha: chico con novia conoce a chica dentro de un reality, la novia se cabrea y entra al concurso a cantarle las cuarenta a su novio. Volvemos a vivir la misma historia que en ‘Volverías con tu ex’ cambiando a Gala por Alyson. Hay que reconocer que son unos genios de la actuación. Incluso hubo algún intento de reproche en el reencuentro de anoche que me llegué a creer. Pero al final ganó el no, demasiado evidente y sobreactuado el cabreo sin haber un motivo de peso. Mera actuación televisiva.
Con Aylen dentro de la casa, empieza una nueva era. Una era dónde parte de la audiencia los idolatrará y se creerán su reconciliación. No se puede negar que no sean una pareja de guapos a los que carpetear. Y otra parte de los espectadores rechazaremos su show y nos sentiremos profundamente estafados con el programa. Otra vez. Y ya no me caben las decepciones en los dedos de las manos.
Las predicciones para las próximas semanas son muy evidentes. Marco y Aylen formarán una dupla de amor-odio, rellenándo resúmenes y debates. Aly, muy a mi pesar, pasará a un segundo plano para el italiano, y para el concurso, porqué dudo seriamente que quiera formar parte de ese show. Si por alguien siento pena es por ella, que termina siendo la gran damnificada de todo este drama ítalo-argentino sin comerlo ni beberlo. Su posición es difícil, se tiene que alegrar de su amigo a la vez que se debe sentir triste porqué ha perdido a su máximo apoyo en el concurso.
La actuación de la americana hasta el momento ha sido impecable: cero victimismo y mucha clase. Además, ha tenido que aguantar los dardos de Aída con una entereza que muchos desearían. Otros, en su posición, hubiesen aprovechado la situación para darle la vuelta a la tortilla y ganarse algunos puntos frente a la audiencia, pero su naturalidad no se lo permite.
Una pena que sigamos viviendo el mismo Gran Hermano de hace diez años, en dónde se vuelve a penalizar a la mujer que no tiene pareja en lugar de al hombre con novia. Podemos recordar las bochornosas palabras de Jorge Javier Vázquez hace un par de días pidiéndole a Aylen que ‘le cante las 40’ a Aly o a Mercedes Mila pasándole el móvil a Maria la Jerezana para que llamase a la novia de Hugo. Hay cosas que nunca cambiarán en Telecinco, los abanderados de los “12 meses, 12 causas” que siguen viviendo en el paleolítico.
Para los que no compramos el teatro barato, esta edición la damos por muerta. Personalmente, siento como si me hubieran robado mi edición de Gran Hermano, como si todo lo que vimos nunca fue verdad.
Antes de terminar, me gustaría hacer una reflexión a los mandamases de Telecinco, a esos que reúnen a los concursantes en el confesionario para echarles la bronca y que aplican nominaciones disciplinarias por salidas de tono. ¿Qué hay más hiriente que mofarse injustamente de una familia? ¿Hasta que punto se le puede permitir a un concursante joder a los demás? ¿Todo vale por el show?
Con esto, rescato parte de las palabras de anoche de Aída hacia Alyson, algo que jamás veremos en una gala o resumen. Juzgar vosotros mismos.
“La que no deberías existir eres tú. Si no respetas a una familia, ¿Cómo vas a respetar a gente que no conoces? Tienes una sonrisa hipócrita. Eres una lástima. Vives jactándote de que tu hermana te odia y tu madre se avergüenza de ti. Es hiriente ver a seres como tú que no tienen valores interiores. Inmadura, valora la familia, que siempre hay que respetarla. Qué vergüenza hablar así de tu familia”
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