Deberían aprender los directivos de casting de esta edición y analizar como es posible que gracias a los perfiles metidos dentro de la casa, se llegue a una final en la que todos los concursantes despiertan el mismo interés que un documental de la 2 sobre insectos. No es normal que un concurso tan grande como es este haya muerto semanas antes de celebrarse su final, siendo lo del jueves noche un despropósito en toda regla.
Puede hayamos presenciado la que ha sido sin duda la gala más soporífera,ya no de 'GH 17' sino de todas las ediciones de la historia del reality. En una noche en la que cualquier cosa podía pasar al estar los últimos cinco habitantes en la casa, el público decidió que Alain tenía que abandonar la casa.
Es cuanto menos sospechoso que la semana pasada el francés haya conseguido eliminar a la concursante a la que todos daban por ganadora y esta semana haya sido el menos apoyado por la audiencia. O sea, es que ni siquiera una entrevista decente consiguió esta gala para mantener al público.
Por otro lado, la noche sirvió para confirmar que un año más la final esta entre mujeres. Bea y Meritxell son las únicas que han gozado de protagonismo en una noche en la que hasta el más mínimo de los detalles era merecedor de un largo vídeo en prime time, debido a la notable falta de movimiento dentro de Guadalix. Quizás la última de ellas sea la gran salvadora de esta edición, pues para muchos es la actual esperanza blanca a alzarse con el maletín. Sería gracioso, pues por todos es sabido que Meri sería una ganadora de rebote ya que se haría con el triunfo gracias a las salidas de Bárbara y Adara, no por méritos propios.
Los regalos que la youtuber dejó bajó el árbol la semana pasada fueron abiertos por los concursantes y la verdad es que las reacciones fueron tan decepcionantes como la edición en sí. Rodri, el pobre, no paraba de llorar leyendo lo que sus familiares habían escrito para él sin conseguir traspasar la pantalla y conectar con el espectador, algo muy necesario a la hora de ganarse el cariño de la gente que decide tu futuro ahí dentro. Pero el verdadero chiste llegó cuando Miguel abrió su paquete y comprobó que dentro había un ciempiés que su padre le había comprado cuando era pequeño. El gallego miraba el peluche con la esperanza de que se asomara por su rostro alguna lágrima, pero por más que gesticulaba facialmente e intentaba que saliera algo poniendo la voz de alguien que llora, nada fue posible. Es curioso también porque a este señor lágrimas no, pero pelo si que le sale y eso que era calvo, Ojito con los milagros que consigue 'Gran Hermano'.
Aunque jamás se podrán igualar los colosales juicios que se vivieron en 'GH VIP 3', la cadena y la productora pondrán todo su empeño en revivir este muerto y enterrado que es 'GH 17' llevando a los concursantes expulsados de nuevo a la que fuera su casa para saldar cuentas con los aún habitantes.
Aclaración: Ilustro la crónica con una foto de Adara porque sus aportaciones a la gala fueron lo único que hicieron llevadera esta desastrosa noche.
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