‘GH VIP’ se asfixia en Telecinco: Los errores imperdonables detrás de la fuga de audiencia

Los espectadores dan la espalda a 'GH VIP 8' en una Telecinco que se empeña en hacer la televisión que su público rechaza

Los concursantes de 'GH VIP 8' durante el debate
Los concursantes de 'GH VIP 8' durante el debate | Telecinco

El segundo debate de ‘GH VIP 8‘ se ha desplomado en audiencia. Si el estreno se saldó con un buen 14,2% de share y más de 1,2 millones de espectadores en su promedio; este domingo las tornas han cambiado de forma drástica, bajando a un preocupante 10,8% de cuota y a apenas 900 mil seguidores.

Un bajón considerable que viene después del mal dato que anotaron las dos emisiones que se ofrecieron la pasada semana; con un 12% para el ‘Límite 48 horas’ y un 12,3% para la gala principal con las primeras nominaciones de la edición. Apenas medió 880 mil televidentes y, desde luego, este parámetro hace saltar todas las alarmas.

Sin embargo, que una marca tan importante y reconocida como ‘GH VIP’, que es el rey de los realities, no levante cabeza y esté sufriendo una fuga de espectadores tan brutal tiene una explicación de peso que merece un profundo análisis. Por supuesto, que se emita en una cadena en estado crítico con una crisis reputacional y de imagen sinigual es el punto de partida.

Pero justificarlo simplemente con este argumento es quedarse en la espuma de las olas. Hay mucho más y bien se podría titular como ‘los errores capitales’ que está cometiendo Telecinco como emisora del producto y la organización del reality como gestora del modo y forma del mismo.

Quienes son fans acérrimos de ‘Gran Hermano VIP’ se tiran de los pelos (y con razón) al ver lo francamente mal que se están planificando los contenidos por parte del programa. El casting es glorioso y funciona como miel sobre hojuelas. En apenas diez días han estallado múltiples tramas de las que enganchan y que, si bien, van camino de colocar a ‘GH VIP 8’ en los primeros puestos del escalafón de ediciones más icónicas.

Sin embargo, lo que se percibe a través del 24 horas nada tiene que ver con lo que se emite en las diferentes entregas programadas en Telecinco. Son incapaces de saber aprovechar el contenido. Los vídeos aparecen constantemente descontextualizados y adulterados; los grandes enfrentamientos que se producen o se omiten o se emiten de tapadillo, manifiestamente censurados y condensados en unos pocos segundos que saben a la nada más absoluta.

Zeppelin resulta irreconocible en este sentido si lo comparamos con su forma de proceder en anteriores temporadas de ‘GH VIP’. Claro que, en todo esto, tiene mucho que ver esa línea roja de la nueva directiva de Mediaset para imponer una televisión blanca y familiar. En palabras del gran Paolo Vasile, la televisión que la gente NO ve. La que mata de aburrimiento. Porque Telecinco no es ni será nunca una televisión amable y familiar por mucho que se empeñen. El espectador no es lo que busca, pero parece que nadie lo logra comprender.

El error capital de una empresa audiovisual es no escuchar a la audiencia y la pena capital es no recibir el respaldo de la audiencia. Las cosas mal hechas se pagan a un alto precio y así está siendo. Lo reflejan unos resultados agónicos que no hacen más que ahondar en la crisis histórica que golpea los cimientos de Mediaset. Intentar captar al público con una falsa alarma de abandono (el de Karina) y atiborrar con tramas insignificantes que no interesan a nadie (como la de Gustavo y las Campos) no es el camino correcto.

No conectar con la casa y sus concursantes, con esa vida en directo que tanto promulgaban, y caer en la tentación de enredar con mecánicas soporíferas y repetitivas, con vídeos inapetentes, con performances ridículas como la de Xavier Deltell y con colaboradores perdidos que demuestran que no hacen su trabajo, es NO tener ni puñetera idea de hacer televisión. Al menos, la televisión del 2023.

Sin duda, Telecinco se ha anclado en algo peligroso y, para colmo, lo rematadamente kamikaze es el atiborramiento sin precedentes de pausas publicitarias. Se viene produciendo en las últimas emisiones de ‘GH VIP 8’ y los espectadores han dicho basta. No se recuerda semejante nivel de ocupación publicitaria que solo invita a apagar el televisor. En una era donde todo se consume con una inmediatez pasmosa y con la menor cantidad de ruido posible, se demanda un guion ágil, atractivo, que ofrezca las cosas con dinamismo y celeridad. Justo lo contrario a lo que se está haciendo.

En definitiva, no se está cuidando el formato y no se está respetando y atendiendo a las exigencias de la audiencia. Algo que es de todo punto inentendible si tenemos en cuenta la situación que atraviesa Telecinco. Desgraciadamente, no parece haber nadie a los mandos y así se explica por qué ‘GH VIP 8’, la que prometía ser la gran apuesta de la temporada, ha acabado siendo un tropiezo imperdonable que no se podían permitir bajo ningún concepto. Otro más que aún podrían estar a tiempo de revertir si no quieren sentenciar el formato para siempre.

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