El tour televisivo de Pedro Sánchez: ¿Le ha salido bien la jugada para las elecciones?

Entrevistas con Pablo Motos, Ana Rosa, Carlos Alsina, Wyoming o Piqueras: Pedro Sánchez se ha enfangado en terrenos pantanosos para captar adeptos poco dados al progresismo.

El tour televisivo de Pedro Sánchez ante el 23-J.
El tour televisivo de Pedro Sánchez ante el 23-J. | El Televisero

En dos semanas nos jugamos nuestro futuro. Por muy grandilocuente que suene, nuestras vidas dependerán en mayor o menor medida de lo que ocurra el próximo 23 de julio. Y este partido, en el que se enfrentan dos modelos de país diametralmente opuestos, se está jugando en los platós de televisión, con Pedro Sánchez como máximo protagonista.

Cada voto cuenta en este duelo que parece que no se decidirá hasta el último momento. Lo que acabo de escribir es una obviedad del tamaño de Siberia, pero explica a grandes rasgos los motivos que han llevado al mismísimo presidente del gobierno a lanzarse a los leones de la pequeña pantalla.

Después de años declinando ofertas para sentarse en infinidad de programas, Pedro Sánchez valoró los resultados de las elecciones municipales y decidió liderar su tropa para jugar en campo contrario. Ya no bastaba con cuatro mítines regalando morcillas a militantes y simpatizantes, había que echar el resto para enfangarse en terrenos pantanosos y captar adeptos poco dados al progresismo.

Sentarse frente a Pablo Motos o Ana Rosa Quintana no era la opción más cómoda, pero sí la más pragmática. De nada servía mantener la estrategia de silencio de los últimos meses cuando la batalla ya parecía perdida, había que dar un paso más allá y confrontar ideas con aquellos que llevan años intoxicando con informaciones a medio contrastar y con altas dosis de populismo de barra de bar.

Reducir la mala imagen de Sánchez a los ataques diarios de Motos y Quintana sería de una simpleza digna de Yola Berrocal, también hay que reconocer los fallos de comunicación del actual gobierno. Pero observando el contexto y pudiendo no hacer nada, el presidente optó por la opción más inteligente, actuar directamente como cortafuegos para desmontar los bulos sobre su gestión.

En ‘El Hormiguero’ el líder socialista supo mantener la sonrisa a la vez que se mostraba implacable en cada intento de embestida del presentador más “humilde” de la televisión. Pablo Motos dejó los juegos infantiles por un día para intentar ejercer de periodista incisivo, pero ahí se quedó, en el intento, viendo la vida pasar mientras Sánchez devoraba el guión de la entrevista para exponer sin tibiezas su legado político.

Ana Rosa, que tiene bastante más callo en entrevistas serias, fue más lista y se enfundó en un traje de falsa neutralidad para simular cierta objetividad frente a sus feligreses. Por ejemplo, unos señores de Alpedrete que en esos momentos estuvieran viendo la televisión pensarían que la Quintana no tenía todavía su voto decidido. Almas de cántaro, bendita inocencia. En todo caso ya se encargó Sánchez de poner a la presentadora de Mediaset frente al espejo, remarcando que esta no se limitaba a informar sino también a opinar cuando hacía valoraciones sobre la gestión del gobierno.

La audiencia respondió de forma considerable a la presencia del presidente, con resultados notables para ambos formatos. Pero más allá de la audiencia televisiva, que cada vez es más escuálida, la repercusión de sus intervenciones llegaron a muchos más oídos a través de otros canales de comunicación.

El Tour de Pedro Sánchez: por mucho que se enfangue sigue sin SUMAR

¿Le ha salido bien la jugada a Pedro Sánchez? Si nos regimos únicamente por nuestros amigos de Twitter el PSOE estaría ya sobrepasando la mayoría absoluta y con el barrio de Salamanca cantando la Internacional cada noche desde sus terrazas. El efecto del tour de Pedro lo conoceremos el 23 de julio, pero como para decir esto ya están los que nunca se mojan, diré que la presencia del presidente en según que terrenos ha seducido a algunos indecisos, pero me temo que estos no serán suficientes

Pedro ha reconquistado su parte del pastel, pero el problema está en que entre ellos y SUMAR se comerán la misma porción de votantes. No voy a entrar demasiado en consideraciones políticas, aquí no toca, pero a no ser que haya un giro de guion de último momento, la izquierda a la izquierda del PSOE no está lo suficientemente ilusionada o enervada como para movilizarse. Una responsabilidad que ya no cae en manos de Sánchez, que ha peleado con la derecha mediática para conquistar a su electorado. Un tour televisivo que demuestra la influencia social que todavía mantiene la pequeña pantalla.

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