‘Pobre Diablo’ (HBO Max): Una apuesta arriesgada de animación española que entretiene y convence

Pobre Diablo
HBO MAX

HBO MAX es la plataforma elegida para esta serie de animación española firmada por los creadores de ‘Muchachada Nui’.

La animación española necesita un empujón, y las plataformas de streaming parecen ser el camino ideal. Recordemos la brillante ‘Klaus’, que consiguió un hito al ser nominada al Oscar a Mejor Película de Animación. En 2021, justo tras el desembarco de HBO MAX en España, desde la plataforma se anunció que habían encargado una serie de animación para adultos. ¿Y quiénes fueron los encargados de llevarla a buen puerto? Los nombres tras ‘Muchachada Nui’ o ‘La Hora Chanante’: Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Miguel Esteban. Así nació la serie ‘Pobre Diablo’. Y por fin llega a nuestras pantallas.

Pese a que su estreno estaba fijado en el mes de diciembre de 2022, al final se vio retrasado y, tras un poco más de espera, ha llegado este viernes 17 de febrero. Y, como siempre en estos casos, con una expectación brutal. No es la primera vez que Joaquín Reyes nos ofrece algo de animación. Recordemos el clásico ‘Enjuto Mojamuto’, aunque eran píldoras muy básicos con un personaje estático. ‘Pobre Diablo’ tiene mucho del humor absurdo de Reyes y compañía, pero el crecimiento ha sido increíble. Se nota el presupuesto y el poder de una plataforma como HBO detrás.

Stan es un chaval normal y corriente salvo por el hecho de que es el Anticristo. Además, acaba de cumplir 665 meses. Queda un mes para que se cumpla la profecía y tenga que cumplir con su destino: sumir a la humanidad en el horror y el caos, y traer el armagedón. Pero él tiene más interés en cantar y bailar en un musical de Broadway.

Animación adulta con ganas de divertir

Los personajes, casi desde la primera escena, están perfectamente delineados y perfilados. Tenemos a Stan, protagonista, con un diseño que nos recuerda al de Jonathan en ‘Hotel Transylvania’; tenemos a Mefisto, el gato, que hacer las veces de compañero y conciencia de Stan, similar al Luci de ‘Desencanto’; a la demonio Samael; o a Rose, claro homenaje al personaje de Mia Farrow en ‘La semilla del diablo’.

El primer episodio funciona casi todo el tiempo. Sí, es verdad que hay bromas que no acaban de funcionar, y que tampoco hay ningún chiste que te saque una carcajada enorme. Pero el ritmo es ágil y planta unas semillas que van germinando poco a poco a lo largo de los 8 capítulos. En gran medida, gracias al trabajo de sus protagonistas, con un doblaje magistral. Entre todos destaca Ernesto Sevilla, que pone voz al gato Mefisto, que suele tener los comentarios más ingeniosos y cínicos.

Pero no está solo. El reparto de voces lo completan Ignatius Farray, Gakian, Stephanie Magnin, Carlos Areces y Verónica Forqué. Esta última en un trabajo póstumo, poniendo voz a Rose, la madre de Stan. De hecho, la serie está dedicada a la veterana actriz, que nos dejó el pasado año 2022.

«La animación te permite un humor diferente», destaca Joaquín Reyes sobre cómo ha sido la creación de la serie de ‘Pobre Diablo’. Y es verdad que, en algunos casos, se han vuelto más refinados. Su amor por el humor absurdo sigue presente, claro que sí. Y, por momentos, parece que estemos viendo una serie americana de animación. Esta comparación no es para desmerecer ni mucho menos la animación española, sino para demostrar lo cuidada que esta la serie.

Juega siempre a su favor que la duración de los capítulos no sobrepase los 25 minutos. Es verdad que, hacia la mitad de temporada, hay un bajón importante, y los episodios parecen más de relleno. Pero hay una sorpresa escondida que, si la serie consigue relevancia, debería ser nominada en muchos premios internacionales de animación.

La joya de ‘Pobre Diablo’

Nos referimos al brutal episodio 7. Al nivel del ‘Ladrido Jurásico’ de ‘Futurama’, que suele ser uno de los episodios de animación mejor valorados (y más conocidos), el capítulo 7 de la serie ‘Pobre Diablo’ es un auténtico tesoro. Y, en cuanto los protagonistas ceden un poco de su espacio para contar la historia de otros personajes, la serie gana muchos enteros.

No vamos a desvelar el argumento de dicho episodio, para que también os sorprenda, pero ya solo por él, merece la pena acercarse a esta serie. «Nunca nos han dicho que no a ninguna idea ni a ningún chiste«, ha declarado Miguel Esteban, otro de los creadores de la serie. Y se nota, ya no solo en este episodio, que el guioniza y dirige, sino en el resto de la temporada. Aunque hay algunos bastante desafortunados y que seguramente vayan corrigiendo si consiguen alargar la serie.

Es verdad que, muchas veces, se nota que hay una especie de freno. Les falta dar un paso más allá. De hecho, el mencionado episodio 7 es un salto al vacío que sale estupendamente. Pero no acaba de encontrar el humor definitivo que busca. Y eso se debe sobre todo a la duración de la temporada. Quizá habría sido mejor dividirla en dos tandas y trabajar mejor los guiones para superar el altibajo que aparece a partir del capítulo 4.

La animación ha sido realizada por el estudio con base en Granda ‘Rokyn Animation‘, que tiene en su haber películas como ‘El lince perdido’ o ‘Justin y la espada del valor’. ‘Pobre Diablo’ busca un tipo de animación más cercano a una serie americana, más actual y distendido, y da en el clavo. Siempre sin perder la identidad ‘chanante’, que está presente en cada minuto de la serie.

Sí, la serie cae en tópicos y clichés que ya hemos visto. Y tiene un final un tanto anticlimático. Pero se nota el gusto y el respeto que hay detrás. Todo se ha hecho con cariño, y eso traspasa la pantalla. ¡Si hay hasta números musicales! Obviamente, no es una serie familiar. Podría ser más cercana a ‘Futurama’ que a las locuras de ‘Padre de familia’. El corazón está presente. Solo falta que encuentre un ritmo bien definido para que la historia pueda continuar. Porque puede, y de sobra.

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