Goya, Shakira y el 'Escándalo': Cuando la estupidez supera la ficción | Columna

Goya, Shakira y el ‘Escándalo’: Cuando la estupidez supera la ficción

ANÁLISIS | Semana del 9 al 15 de enero de 2023

Volver de vacaciones de Navidad y no vislumbrar un puente hasta Semana Santa deprime hasta a los más optimistas. Por suerte, una historia de despecho, se ha propuesto alegrarnos la vuelta a la rutina. Lo siento si estáis empachados de lo de Shakira y Piqué; a continuación digo la mía escuetamente y después ya me sumerjo de lleno en el jaleo televisivo de la semana.

Sessión 53, con ella empezó todo. No se ha hablado de otra cosa. Estamos en enero y ya ha salido el temazo más escuchado del año. Somos mucho más básicos de lo que nos creemos, y al final, los asuntos de las vísceras son los que mueven el mundo. Esos temas de los que todos podemos opinar porque al final nos interpelan en emociones parecidas. El despecho, la rabia o el rencor son tan naturales como universales. Todos hemos pasado por ahí, y aunque quizás seamos algo más comedidos que Shakira, al final nos podemos identificar con su drama.

La televisión, que últimamente va faltada de temas, se ha agarrado al culebrón piquesiano como si le fuera la vida en ello. Opinadores de todo tipo han querido dar su punto de vista en una guerra en la que, al final, es imposible quedar bien con todas las partes. O estamos con la una o estamos con el otro. Por mi parte, siempre del lado de la dejada, eso sí, tampoco hacía falta cargar las tintas contra la tercera en discordia, que al final la muchacha no tiene responsabilidad alguna.

Lo más asqueroso de estos días son los tertulianos y comunicadores que se hacen los afectados, o eso interpretan, pensando en los hijos de la ex pareja. Antes que madre, Shakira es persona. Basta ya de santificar la maternidad.  También es artista, y como tal, expresa lo que quiere y cómo quiere a través de su obra.

«Parece imposible que esta semana en España haya habido vida más allá de Shakira y Piqué»

Venga, sigamos con las relaciones tóxicas y hablemos de televisión. Parece imposible que esta semana en España haya habido vida más allá de Shakira y Piqué. Pero sí, aunque parezca mentira, no solo hemos tenido tiempo de teorizar sobre si la letra de la cantante colombiana nos parece adecuada, también se ha generado una polémica absurda en relación a una ficción estrenada el miércoles en Telecinco

Todo empezó en Twitter, el pozo de las almas podridas, cuando se levantó una polvareda considerable con el tráiler de ‘Escándalo, relato de una obsesión‘. Millones de visualizaciones para un video, aparentemente sin mucho interés, por la rabieta de algunos fascistoides heridos y cuatro moralistas de izquierdas. ¿El motivo de sus quejas? Consideraban que la serie de Telecinco fomentaba la pedofilia, al exponer la relación entre una mujer de 42 años y un chico de 15.

Por si no teníamos bastante con los tuiteros ilustrados, la Asociación de Abogados Cristianos que estaban de resaca después del reciente nacimiento de Jesús, se sumaron a la fiesta pidiendo la cancelación de ‘Escándalo’ por normalizar la pederastia. Todo esto sin haber visto la serie, solo con el tráiler. Parece que no saben cómo matar las horas entre rosario y rosario.  

Vamos a ver. Primero de todo, que con esto ya no hace falta decir nada más, se trata de una ficción. Una historia interpretada por actores en la que el espectador debe sacar sus propias conclusiones. Nadie verá con buenos ojos la pederastia después de ver esta serie, de la misma forma que nadie se posiciona del lado de Hitler cuando ve ‘El hundimiento’. A no ser que ya estuvieran enfermos y el relato sirviera para estimular sus delirios. Es tan estúpido como afirmar que Goya fomentaba el canibalismo con su ‘Saturno devorando a su hijo’.

Más allá del ruido, la serie es un entretenimiento bastante digno. Como las pelis de la siesta de Antena 3, no se rompe la cabeza en virtuosismos narrativos y deja que el espectador disfrute de su menú completo de melodrama sin complejos. La pareja protagonista, liderada por Alexandra Jiménez, resuelve la papeleta de forma digna, y los excesos de guion se sobrellevan porque al final la trama te engancha. De momento.

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