La Gala 5 de ‘La Isla de las Tentaciones 3’ deja en shock con un chocante vuelco en una pareja

La Isla De Las Tentaciones gala 5
La Isla De Las Tentaciones gala 5

Crónica de la gala 5 de ‘La Isla de Las Tentaciones 3’ donde Lola desconcertó a todos pasando del llanto por reconducir su relación con Diego a liarse con un tentador

Parecía que la gala 5 deLa Isla de las Tentaciones 3 sería un poco más tranquila, un poco más light, hasta que llegó el final. Y entonces, un día más, nos hemos quedado con la boca abierta.

Es interesante analizar la gala viendo como están las parejas. Empecemos por una de las más protagonistas, sin duda, Manuel y Lucía. Lucía nos sorprendió a todos con su reacción en la hoguera al ver a su novio enrollándose no con una, sin con dos tentadoras. Una reacción contenida, más bien fría, según mi punto de vista, fruto del shock, del dolor y de la decepción. Pero como nos temíamos, y como era de esperar, porque es lo más normal del mundo, al llegar a la villa de los chicos, se ha derrumbado.

En realidad, Lucía ha pasado por altibajos: de sentirse estupenda y liberada en la fiesta posterior a estar más de tres horas llorando sin parar en su habitación. Normal. ¿Quién no ha pasado por un mal de amores así? Tan mal ha estado que incluso no fue a su cita con Carlos que estaba planeado y a la que fueron todas sus compañeras. Cada día me cae mejor, sin duda. Y me da mucha pena ver como llora y cuenta que tiene miedo de no volver a amar como antes, y que esto, lo único que hace, es que coja mucho miedo y desconfianza.

Y mientras cómo está Manuel, pues dándolo todo con Fiama. Parece que tengan un imán y no pueden dejar de darse besos y tocamientos. Y él, siempre más chulo que un ocho, ha aprovechado para «confesarse» con sus compañeros y asegurar que él también ha tenido que aguantar lo suyo. Que si, que él le fue infiel, pero que ha tenido que aguantar mucho las actitudes posteriores a ella. «He mamao mucho» ha dicho exactamente.

Marina, Isaac y Lucía, los grandes descubrimientos de esta edición

Marina y Jesús. Nunca pensé que diría esto cuando empezó el reality. Pero Marina e Isaac me caen muy bien, me los creo, y me encanta el rollo y la química tan de verdad que veo entre ellos. Además, también me gustan actitudes que veo en Isaac con otras personas de la casa que lo hacen muy humano: preocuparse, aconsejar, etc. Puedo alucinar de lo rápido que fue Marina en «caer» en la tentación, pero es que realmente, tiene un rollo que solo con la mirada ya ves la conexión que tienen, sexual y sexual, y me la creo 100%.

Todo lo contrario de lo que me está pasando con Jesús, que no me puede parecer más patético y más forzado. Con Stefany. Me chirría cada beso, cada cara, cada caricia… se ve de lejos que es forzado, y que es solo para no quedar como un «pringao» con lo que está haciendo su novia. Descarado. Y además se atreve a decir frases como «yo voy a reventar la alarma» o «nunca he sentido tanto feeling como aquí». Por favor, por favor.

Hugo y Lara. Nada que decir de Hugo una semana más, no puede estar haciéndolo mejor, es que ni un comentario fuera de lugar se le puede echar en cara. Lara por su parte, había escogido a Rubén, el nuevo, el de «Estefanía» de la primera edición, para una primera cita. Pero los chicos, sobre todo Hugo, lógicamente, decidieron vetarlo, lo que era un claro mensaje para Lara; «yo me estoy portando bien, cuidado no hagas nada con este tío que va a lo que va». Y aunque Lara hizo una mueca al enterarse del veto, le gustó. Le gustó que Hugo no quisiera la cita, y que le mandara ese mensaje. Además, me gusta que ha dejado un poco, solo un poco, la cara de asco de lado, y ha confesado que está contenta porque Hugo lo está haciendo bien. A ver si al final sí que sale alguna pareja viva del concurso.

Raúl y Clara. Un poco más de lo mismo. También tengo la esperanza de que sea una de las parejas que salgan juntas de la isla. Creo que se quieren bien, de verdad y que se lo merecen. Él no lo está pasando bien, está aterrado por la idea de perderla y lo vemos llorar más de una noche por este tema. Ella, parece que ha dado un paso más con un tentador, con Toni. Pero poca cosa. Algo más de confianza, algún abrazo en la piscina, pero, aunque me arriesgo a quemarme, creo que no pasará de ahí y lo va a respetar. Si no, a él lo va a destrozar, eso seguro.

Y, por último, Diego y Lola, y con ellos, señores, llega la bomba. Empezamos por el principio antes de soltar la bomba. Lola asegura que a quien quiere es a Diego. La hemos visto llorando por él, dándose cuenta de que se ha equivocado en el tonteo con Simone, que era un capricho tonto, que ama a Diego y a su relación y llora por miedo a no recuperarlo. Y realmente, no son palabras que se las lleve el viento. Lola habla con Simone, y le dice que quiere parar. Que incluso se siente agobiada con él. Quiere a Diego, siente el mareo, pero es lo que hay. Él no se lo toma nada bien, dejan de hablarse e incluso en la cita ella acaba dejándolo con la palabra en la boca, cuando él, todo ofendido le dice que ella ha estado haciendo un papel. Lo que está claro es que parece que con Simone se acabó, que parece que ahora Lola lo tiene claro y que va con Diego hasta el fin del mundo, si él quiere claro.

¿Y que hace Diego mientras? Pues Diego ha seguido dándose besos con Carla, su tentadora rubia, y también ha jugado con el hielo lo más grande con otra tentadora. Pero las chicas, Lola en concreto, le dieron el collar del veto a Carla, lo que ha hecho que Diego, que no es tonto, lógicamente, lo haya tomado como un mensaje de su novia que quiere que pare, porque ella ha parado y está arrepentida.

Sandra Barneda llegó con una oportunidad, la de que uno de los chicos pudiera ver, por pantalla, lo que estaba haciendo su chica en la otra casa, durante diez minutos. Y los chicos deciden, muy amablemente, que el afortunado sea Diego. Si ve a Lola arrepentida de verdad, el parará lo que está haciendo y tendrán una conversación para intentar arreglarlo. Si ve que siguen en las mismas, seguirá disfrutando de la manera que lo está haciendo ya que no habrá nada que salvar. Y no sé si muy planeado o no, pero los diez minutos que ve son oro. Lola llorando en la habitación con Lucía explicándole cuanto lo quiere, cuanto le ama, y que quiere estar con él. ¿Maravilloso no? A Diego le gustan esas imágenes, hace una bonita reflexión y se va, parece, con el sentimiento de que las cosas se van a arreglar porque realmente ella está en otra. Incluso habla de que si la tuviera delante le daría un abrazo e incluso un beso. ¿Menuda vuelta? Lo que parecía insalvable parece que se reconduce. ¿O no?

Pues no. Porque aquí llega la bomba. Algo que no se veía venir, por ningún lado. Pero lo que está claro es que cuando lo vea Diego no va a saber dónde meterse y entonces sí, lo va a tirar todo a la basura. Sin duda.

Tocamientos y caricias entre dos protagonistas que nunca hubiéramos imaginado

Fiesta en la casa de las chicas, y a la hora de ir a dormir, entre risas, Lucía, Lola y Carlos (recordemos, el tentador con el que tonteaba Lucía) en la habitación charlando y riendo. Deciden, entre risas, dormir los tres juntos. Pero Lucía, quiere que Lola duerma en medio, ya que ella no quiere estar tan cerca del chico «por si se agarra en sueños». Unas risas, y a dormir. ¡¡¡Pero se apaga la luz… y BOOM!!! Tocamientos máximos entre Carlos… y Lola.

¿Cómo os quedáis? ¿Tocamientos, roces… pero qué nos hemos perdido? ¿Hola? ¿Lola? ¿Y las lágrimas de hace unas horas? No entiendo nada. Y lo mejor, Lucía medio despertándose, ya que dormía al lado, preguntando si están hablando o no pueden dormir. Os aseguro que esto sí que no me lo esperaba. ¿Lola, en qué está pensando?

No me puedo imaginar la cara de tonto que se le va a quedar a Diego cuando vea esto. ¿Y qué explicación dará Lola? Todo un misterio. Aunque en el cebo de la semana que viene la vemos diciendo que todo el mundo la odia en la villa de las chicas. Cuidado que vienen curvas y de las grandes. Qué ganas de más.

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