La vuelta a la realidad de la última expulsada está siendo más complicada de lo que ella esperaba.
En la última gala de 'GH VIP 7', Noemí Salazar se convirtió en la cuarta finalista de la edición, abandonando así la casa, tras haber vivido tres meses el sueño de su vida, concursar en 'GH'.
Durante el último debate tuvo lugar la entrevista a la última expulsada que comienza con un "me encuentro rara". Además, Noemí Salazar ha indicado que está siendo todo más complicado de lo que ella esperaba al salir de la casa.
"Soy incapaz de dormir, llevo dos días en casa junto a mi hija y no he sido capaz de contestar los mensajes del móvil", aseguraba la finalista. Además, indicó que su paso por el concurso le ha dejado algunas secuelas, añadiendo: "Antón se tuvo que ir a trabajar y me llamó, empecé a hablarle muy deprisa y me dijo que qué me pasaba... Pensaba que me cortaban la llamada".
Asimismo, Noemí se ha encontrado que una realidad que no esperaba y es que la concursante ha tenido que hacer frente a la enfermedad de su madre, que ha supuesto un shock para ella.
"Tú sabes que soy muy sentida. Yo no tengo filtro y no he nacido para que se metan con mi hija, yo no soy la de 'las paperas del camión'. Tengo un pronto muy malo, sin querer, pero no pasa nada. Ya está todo solucionado", indicó Raquel, madre de la concursante, a su hija explicándole por qué dejó de defenderla en plató. Además, le confesó que tiene "una depresión de caballo".
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