Una vez más, el programa vuelve a reírse de la audiencia que le da de comer y traspasa todos los límites habidos y por haber. Y una vez más, emprenden una campaña de desprestigio hacia Miriam cuando encaramos la recta final.
Esta edición de 'Gran Hermano Vip' pasará a los anales de la historia por ser muy polémica y bochornosa hasta decir basta. Cruzando unas fronteras que jamás se deberían traspasar en un programa de televisión, porque la audiencia se sienta frente al televisor para entretenerse y seguir las tramas naturales que se vayan desarrollando, no para sufrir en el enfoque tan sórdido que se le da al contenido y tampoco para tragarse unas tramas impuestas por el programa.
Que dentro de la organización, que dentro de la cúpula de Gran Hermano hay mucho estiercol que remover es toda una realidad. Lo están dejando claro semana tras semana. Y esta noche, en el noveno Límite 48 horas, han puesto la guinda al pastel. Con una encerrona sucia y execrable, comandada por el moralista de Jorge Javier Vázquez, que solo censura los comportamientos de quienes tiene entre ceja y ceja, mientras aplaude en cuestión de minutos conductas que no deben tener cabida en horario de máxima audiencia. No solo cae en la contradicción, sino que además muestra sus preferencias.
Y esas preferencias están en lo que las redes sociales, muy acertadamente, han denominado "mugrepandi". Entendiéndose este bando como el encargado de humillar hasta la saciedad a Miriam Saavedra desde que puso un pie en esa casa de los horrores. Un acoso y derribo que ha fomentado el programa editando los vídeos a favor de ese bando e incluso omitiendo lo que la gente había visto en un 24 horas que también está siendo censurado según les conviene.
Sin embargo, la estocada final del programa hacia la concursante estrella, hacia la reina inca que está levantando la edición, hacia la ganadora más justa de la historia del formato, ha sido lamentable y muy cutre. Lo más irrisorio que se ha visto en televisión. Un acorralamiento inadmisible, una cruedo, un paredón contra el que se debería haber rebelado y que ha venido acompañado de abucheos. Sí, abucheos hacia Miriam por parte de YouTube. Porque se ha podido comprobar que eran enlatados. Y lo peor: se ha podido constantar la inquina, la rabia, el desagradecimiento de 'Gran Hermano' hacia la peruana.
¿Cómo es posible que un programa de televisión que atesora tantas horas y ediciones a su espalda, con muchísima repercusión en cada paso que da, tenga los arrestos para dejarse llevar por esa artimaña tan sucia y rastrera? La audiencia los ha calado a la primera. Que de la noche a la mañana hayamos pasado de aplausos a abucheos ensordecedores, es de traca. Nadie lo comprendía y sobre todo, nadie se lo creía.
La revolución, el tsunami no se ha hecho esperar. Y las redes -donde están los verdaderos fieles, pero que atacan sistemáticamente- han explotado. Extendiendo una realidad muy cantosa, que a nadie le ha pasado desapercibida. Y claro, callar es otorgar. Asi que Jorge ha tenido que salir en defensa de un programa denostado, insistiendo que todo era una teoría "conspiranóica" y que era rotundamente falso.
En fin, era eso o cerrar la boca; donde a veces debería de darse un puntito ese señor. Y como iban a hacer el ridículo dieran las explicaciones que dieran, han optado por la opción esperada. Pero saben tan bien como nosotros que ha caído en saco roto y que eso no se lo cree ni Paolo Vasile.
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