El cantante sufrió el ataque de un gusano mientras pescaba y se le hinchó la mano.
El equipo médico desplazado a Honduras no gana pasa sobresaltos. Debemos de admitir que la presente edición de 'Supervivientes' está siendo de lo más accidentada porque la lista de percances no para de crecer. A la aparatosa caída que sufrió el Maestro Joao mientras realizaba uno de sus particulares rituales, que le costó hasta trece puntos de sutura en la pierna; y al desvanecimiento que obligó a dejar la Palapa por unos minutos a Sergio Carvajal, hay que sumar la dolorosa picadura de un gusano urticante que dejó a Francisco al borde del colapso y con necesidad de recibir asistencia médica que remitiera semejante dolor.
Todo sucedió en Cayo Paloma, su nueva estancia después de que él y sus compañeros vencieran en el tenso juego de localización que se batieron con el equipo rival durante la gala del pasado jueves. En cuanto puso allí el pie, sin mucha dilación, el cantante de "latino" se sumergió en las cristalinas aguas que bañan la diminuta parcela de tierra para intentar superar el ranking de peces que había cosechado la semana anterior el grupo de concursantes que actualmente habita en la exótica playa de Cabeza de León.
Sin embargo, no sabía que sus contrincantes habían dejado el listón muy en alto. Logan, apodado por Sofia como el gran friki de la isla, y Sergio Carvajal habían minado las aguas caribeñas durante los últimos días. Y esto, unido a que Cayo Paloma se había quedado tiritando después de la arrasada que hizo precisamente Francisco en los ya tradicionales robos de ‘Tierra de Nadie’, abocó a los concursantes a la consternación más absoluta. No había ni un solo kits de pesca en condiciones para ser usado ni tampoco recursos con los que encender el preciado fuego.
No obstante, el espíritu de superviviente que nos ha demostrado en varios episodios cuando no se encuentra enfrascado en rifirrafes, le empujó a lanzarse al mar para capturar algún pececito que echarse a la boca junto a su cuadrilla; aunque tuvieran que transportarse por un día a la cultura japonesa y comerlo en forma de sushi.
Pero lo cierto es que, pese a que le puso empeño, su salida a faenar fue tan larga como infructuosa. Mira que se alejó de la baja mar y descendió al fondo marino para explorarlo palmo a palmo, pero no hubo manera de que cayera alguna presa en su rudimentario anzuelo. Sin embargo, en esa batida marina, el robinsón se topó con una especie que le iba a presagiar el peor de sus destinos. Un gusano urticante, de color marrón y con escabrosos pelos blancos que de primeras no asustaron al cantante. De hecho, hizo gala de su intrepidez para atraparlo y usarlo como cebo. Pero hubo un intercambio de roles y fue el propio Francisco el que se acabó convirtiendo en la presa de ese anélido, por lo que no le quedó otra que salir disparado del agua entre alaridos ante la mirada atónita de sus compañeros.
Pese a que la picadura no revestía en ningún caso gravedad, no podía contener su frustración por el escozor, así que para evitar un ataque de ansiedad que parecía que no iba a tardar en llegar, tuvo que acudir una dotación médica que le aplicara un efectivo tratamiento con el que pudo mitigar el dolor.
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