Por qué Fariña te seguirá enganchando

‘Fariña’ se ha convertido en el nuevo éxito inesperado para Antena 3. Y la serie va más allá, si ya pudimos ver acción, en el segundo capítulo se convierte en el eje principal, además todo ello combinado con una evolución de los protagonistas que rompe esquemas y que hace que el espectador se enganche más aún.

La serie que lleva el sello Series Atresmedia, no puede estar más orgullosa. En su estreno el pasado miércoles ha conseguido enganchar a 3,4 millones de espectadores, traduciéndose en un más que buen 21,5% de share, y Antena 3 y Bambú se han dado cuenta de que tienen que surtir la dosis semanal al espectador. Además, en su segundo capítulo, en la prueba de fuego, ‘Fariña’ lo demuestra, está viva y va evolucionando muy rápido, algo que la audiencia agradece.

El espectador sigue quedando prendido de los escenarios, ya la noche del miércoles pasado lo prometió y ‘Fariña’ lo sigue cumpliendo. Todas las series de éxito juegan con los escenarios como si de un protagonista más fuese, aquí sin duda ninguna son un protagonista más que ayuda al espectador a introducirse en la Galicia de los años 80. No existe esa norma escrita en televisión, pero claro está que cuanto más se apuesta por los exteriores, más capacidad tiene la serie para que el espectador se deje deslumbrar por ella. Por eso cada vez vemos menos series en plató y muchas de ellas optan por espacios naturales. En este aspecto en ‘Fariña’ se respira Galicia por todos los lados y el espectador se deja enganchar.

Esta podría ser la ficción más Bambú hasta la fecha, y esto es debido a que la productora y su equipo tienen sus raíces en Galicia, de lo que están muy orgullosos y los espectadores también, la productora lo tuvo claro, si la serie es gallega, los actores que la formen también lo tienen que ser. Y fruto de eso han sido los comentarios en los que se ha aplaudido el acento gallego, el cual no se ve forzado en ninguna secuencia. Además, la serie ha decidido apostar por caras que no son tan conocidas en el panorama televisivo actual, aportando mucho frescor y creando una historia única en la que le espectador empatiza mucho más con ellos como ya en el primer capítulo nos prometió.

Los años en los que está ambientada son un mundo por descubrir, y es que en la actualidad las ficciones de época se centran en una serie de años, mientras que lo que queda fuera de ese rango de tiempo no existe. Aquí ‘Fariña’ nos ha demostrado que hay años y muy interesantes en la historia de España que se deben contar y que el público esta ansiosos de que los cuenten y no tan solo en una película, sino en una serie haciendo que el espectador disfrute y conozca más cada semana.

La tensión en esta serie es una imposición que ha hecho Bambú al espectador, si ves ‘Fariña’, te va a tener en vilo durante todo el capítulo. Su fórmula es clara, intensidad en el principio, en la mitad y más aun en el final, haciendo que llegues al final del capítulo transcurridos los 70 minutos pareciendo que han sido mucho menos.

Si Javier Rey brilló, lo seguirá haciendo. En cada plano y en cada secuencia se nota que el actor gallego se siente cómodo, al fin y al cabo, juega en casa. Rey había sido la actuación estelar en el primer capítulo, pero en la segunda entrega lo mantiene y apunta maneras de en lo que se puede y va a convertir. Además, Tristán Ulloa, quien da vida al Sargento Castro, entra de lleno en la historia, haciendo que la trama se vuelta más trepidante para un espectador al cual no le dan un respiro.

Fariña nos lo confirma, si en el primer capítulo nos había dado a probar de una sustancia televisiva adictiva, que deja una sensación al espectador que pocas veces había sentido, lo consigue y lo conseguirá, haciendo que cada semana se espere su “dosis”.

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