#SVGala7 | La noche en la que no pasó nada

Es prácticamente imposible que un reality tan largo como ‘Supervivientes’ mantenga el ritmo en cada una de sus numerosas galas, pero lo del pasado jueves fue especialmente llamativo. De las casi cuatro horas que dura el formato, tres horas y medias las llenaron con contenido vacío que poco o nada tenían que aportar al espectador. Pasaba ya la una de la madrugada cuando el programa aún no había elegido a su líder, nominados o había dado a Juan Miguel la sorpresa que desde el principio de la noche Jorge Javier había anunciado. Lo único destacable de la noche fue la visita de la presentadora italiana Simona Ventura, que acudió a plató como conductora de la edición italiana del formato. Tras ocho años al frente del concurso, decidió cambiar de bando y participar en el, lugar donde conoció a Paola y de la que se hizo gran amiga, por lo que su presencia en la versión española se justificaba con está amistad.

Aún así, la gran protagonista de la noche -y por partida doble- fue Leticia Sabater. La zombi que habitaba la Zona Muerta desquició a sus compañeros al no dudar en defecar en el Infierno, lugar que solo pisa para robar, desatando la locura en la isla. Los concursantes, que no sabían de donde procedían las heces, rápidamente se echaron encima de Paola Caruso, que para demostrar su inocencia recogió sin miramientos su propia caca de la zona habilitada para que los aventureros hagan sus necesidades. Por si esto fuera ya poco surrealista, se dedicó un amplío tema a debatir del origen de tal misterioso elemento.

Después de este intenso debate, el público decidió que la aventura de la italiana acabará por tercera vez. Esto supuso una alegría para sus compañeros, pues la presencia de Caruso en Honduras molestaba a más de uno. Aún así, no fue suficiente una tercera expulsión para Paola, pues el público decidía repescarla de nuevo en su batalla telefónica contra Leticia, siendo la autora de La Salchipapa y de la cagada de la discordia, la nueva expulsada definitiva del concurso. A partir de la semana que viene aquel concursante que abandone la isla lo hará definitivamente, sin segundas oportunidades ni florituras que alarguen más la aventura caribeña.

Del resto de la gala poco más se puede contar. Que sí vuelta una vez más a los problemas de egocentrismo de  José Luis y su afán por contar siempre que va a pescar, que si Laura Matamoros se pasa el día rajando pero sin hacer nada, que si Edmundo está y no está, que si Kiko y Gloria se quieren mucho y se echan de menos más todavía y más paja para rellenar cuatro horas que perfectamente se podrían quedar en dos y media y dando las gracias.

La noche estuvo marcada por la visita de Rocío, hija de Juan Miguel y Karina, que llevaba a su padre un platito de verduras y un dibujo de su nieto. La organización, muy cachonda ella, decidió que el peluquero pasara por todas las pruebas que se le habían atragantado durante el concurso si quería abrazar a su pequeña, dándole la friolera de 10 minutos de tiempo para pasar una red, saltar un palo y excavar un agujero por el que introducirse para superar un tronco. Como Juan Miguel es así de imprevisible, en menos de un minuto conseguía superar todos y cada uno de los obstáculos que anteriormente había tardado mucho más tiempo en pasar, pudiendo abrazar a su hija y regalando al público un recital de lloreras y chillidos.

Pero no fue el único que recibió visitas. Matamoros escuchó a su novio vía telefónica cuando nominada, llamada planeada desde la semana pasada pero que no se realizó ya que el amante de Laura pasó de coger el móvil cuando el programa contactó con él. José Luis hizo lo propio con su mujer, que le alentó para el resto de concurso y le quito hierro a las palabras que sus compañeros habían lanzado contra él. Y Gloria, como no, pudo ver un vídeo de su madre cantándole a ella y  a su hermano cuando eran pequeños, todo con la excusa de recordar que se cumplían 11 años del fallecimiento de la cantante.

Con Iván como líder, el resto de aventureros tuvo que mencionar en sus nominaciones a dos de sus compañeros por eso de que ahora están unificados. Kiko y Edmundo suben a la lista de nominados por primera vez en todo el concurso, acompañados por Laura por decisión del líder. Esta claro que la hija de Kiko Matamoros está fuera de todo peligro, ahora solo falta saber si la audiencia penalizará los comentarios y la actitud machista del ex tronista con su actitud, o de si por el contrario el humorista abandonará la isla la próxima semana como castigo a su paso fantasmal por las islas caribeñas. Si esto llega a suceder se repetiría la historia, pues allá por el 2004 cuando Bigote participó en ‘La isla de los famosos’, su salida se produjo justo una semana después de la de Sabater, quien también participaba en el reality.

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