El mediodía en televisión ya no será lo mismo a partir de hoy, lunes 16 de septiembre. Esta franja horaria va a ser más rica y divertida porque La 1 estrena ‘El Gran Premio de la Cocina’, un concurso culinario presentado por Lydia Bosch y Germán González, en el que 16 concursantes se ponen a prueba cada día para cocinar el mejor plato posible y en un tiempo limitado.
Es precisamente la dinámica de este concurso lo que le diferencia de otros programas, puesto que los espectadores podrán cocinar junto a los concursantes en tiempo real, tratándose así del primer talent show culinario de España que se graba en tiempo real. Para conseguirlo, la primera de las pruebas tiene que estar lista a los 20 minutos, mientras que la segunda debería estarlo a los 35 minutos.
Para juzgar los diferentes platos que proponga cada concursante, ejercerán de jurado Javi Estévez (‘Top Chef’) y Marta Verona (ganadora de ‘Masterchef 6’), quienes serán los encargados de premiarlos o expulsarlos. Ellos no estarán solos en su evaluación de los platos, ya que cada día una celebrity los acompañará ejerciendo a su vez de juez.
El Gran Premio de la Cocina llega a Televisión Española. ¿Cómo ha sido? Lydia Bosch te ha comparado con Emilio Aragón
Qué bueno. ¡Guau! Me ha comparado con Emilio Aragón. Ya me lo dijo el día de la primera grabación y me puse a llorar como un gilipollas.
¿Al decirte eso?
Sí. Hoy me lo he vuelto a decir, que son palabras mayores. Para mí, Lydia Bosch… es un icono, es Lydia Bosch, no sé. Yo lo he contado, que cuando llegué al casting no sabía con quién lo iba a hacer, pero me esperaba a alguien y no quise saberlo. Me dijeron que era alguien más mayor que yo, en plan, no es alguien de tu edad, porque yo de primeras pensé que iba a ser alguien así. Pensé en gente un poco de mi perfil. Pensé en Luján Argüelles. Pensé en Raquel Sánchez Silva… Pensé en gente de la cadena. En Norma Duval… Y cuando llegué y vi a Lydia… hubo química. Desde el principio, ya lo veréis.
Marta Verona y Javi Estévez nos han explicado cómo van a ser ellos como jueces. ¿Tú cómo les estás viendo a ellos?
– Como jueces, yo les veo a veces demasiado. A ver, es lo que he dicho antes. Aman la gastronomía, es su materia, es su tema. Entiendo que sean exigentes y que sean un poco… «Esto es una mierda». Es como si nosotros nos ponen de jurado de un programa para reporteros. Seríamos implacables. Entonces, yo creo que están en su punto justo de cariño, empatía y también de lanzar un poco «el no os confiéis».
¿Tienes alguno al que le tengas cariño?
Es verdad que creo que peco a veces un poco de frío. Me tomo muy al pie de la letra lo de no empatizar mucho con ellos, porque si no, cada viernes estamos llorando. Pero, claro, tengo mis favoritos, sobre todo a nivel televisivo, los hay que son joyitas y que son una fantasía, ya los veréis. Y luego hay otros que también por dentro me ponen de mala leche, pero yo a veces tengo que ser muy… «Fuera, fuera de la despensa ya»… De portero de discoteca (risas).
En el concurso, cada semana se va a ir eliminando a uno. ¿Tú cómo estás llevando esta dinámica?
A ver, es verdad que el papel más complicado lo tiene Lydia en este caso, y los jueces. Yo, al final, lo que te digo, me quedo en modo «no voy a llorar, no voy a llorar», pongo la mente en blanco y hago como que me interesa cero el eliminado. Pero claro que lo paso mal, lo que pasa es que no quiero estar llorando todo el día tampoco. Y, a ver, se pasa mal, pero, como te digo, intento no empatizar mucho con ello y ya, cuando les han echado, digo «Me encanta, es que es maravilloso».
¿Pasas hambre?
A mí no me dejan probar la comida. Cuando acabamos, sí, pero en plató, nunca. Lydia hay veces que lo prueba y el jurado se pone… Vamos, se pone como un kiko comiendo. Hay cosas que cuando acabamos de grabar ya no me apetecen. Una pasta fría, una croqueta fría. Es que yo reconozco que cocinar se me da fatal.
Germán, ¿cómo está siendo este salto a presentador?
Y en La 1, yo estoy en shock. Todavía me parece… Me parece una oportunidad muy guay. Cada noche llego a casa y me meto en la cama y digo «Qué bien lo he hecho», y lo que he dicho antes, creo que hay veces que yo mismo no he creído mucho en mí, que esto nos pasa a todos, el famoso síndrome del impostor, que todo el mundo tenemos esto en el siglo XXI. Las redes también nos hacen a veces dudar de nuestras propias (virtudes). Vemos a gente con mucho talento y, al final, los algoritmos… En fin. Estoy muy contento porque me veo que creo que lo estoy aprovechando y lo estoy haciendo muy bien. A partir de ahí… igual hay gente que dice «Vaya payaso, no me hace gracia». Acepto las críticas, y los haters siempre me han hecho gracia.
¿Cómo has llevado eso en tu vida?
Yo bien. A mí me gusta. Creo que el fenómeno hater está bien. La gente que critica a mala leche me da risa. También se aprende de las críticas malas.
Te hemos visto hace poquito en ‘El Diario de Jorge’
Me fui hace tres semanas. Estaba de guionista y muy guay la oportunidad de estar allí, con Jorge maravilloso, con Boomerang muy bien. Pero, obviamente, te surge esta oportunidad… Yo en los castings ya estaba en modo «como me cojan»… pero una parte de mí, y lo digo de verdad, una parte de mí, decía «jolín, igual me cogen, porque es que lo he hecho muy bien, es que lo hice muy bien con Lydia». Y cuando me llamaron fue como… obviamente, me tengo que ir.
¿Qué consejo te dio Jorge Javier?
Que a por todas, que no tenga miedo, que Lydia es maravillosa, que obviamente es una oportunidad de la leche, que la aproveche, y que suerte, que toda la suerte del mundo.
Con tus excompañeros de ‘Sálvame, ¿tienes contacto? ¿Estás siguiendo lo que están haciendo?
Por horario de trabajo no puedo ver mucho, pero claro que les sigo, sobre todo en redes. Y es que son unos maravillas. ¿Qué te voy a decir yo? Unos genios de la creatividad, del hacer mucho con poco, que esto también me lo han dicho a mí, que soy experto en eso y que nunca paran de crear y de sorprender.
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