¿Merece la pena ver ‘Berlín’, la precuela de ‘La Casa de Papel’ en Netflix?

Este viernes 29 de diciembre, justo antes de terminar el año, llega a Netflix el esperado spin-off de 'La Casa de Papel': 'Berlín'.

La casa de papel: Berlín
Bienvenidos a la banda de Berlín.

Es inútil negar que, uno de los grandes fenómenos de los últimos años en el terreno series, tiene nombre y apellidos españoles.La Casa de Papel‘, creada por Alex Pina, se convirtió por derecho propio en uno de los fenómenos de Netflix. No solo en España sino en todo el mundo. Después de su paso más discreto por Antena 3, dio el salto a la plataforma de streaming y ahí comenzó su periplo internacional. Con un reparto plagado de nuevas caras, consiguió dar una vuelta a las historias clásicas de atracados, e incluso afianzó su disfraz como uno de los más vendidos en Halloween y Carnaval. Ahora, tras un remake un tanto fallido en Corea, llega su primer spin-off: ‘Berlín‘.

Funcionando como precuela, conocemos la historia del personaje interpretado por Pedro Alonso antes de unirse a la banda del Profesor. Con Alex Pina de nuevo a los manos, junto a Esther Martínez Lobato, nos reencontramos con Andrés de Fonollosa y su último gran golpe antes de tratar de entrar en el Banco de España. Y, para hacer ese golpe, se rodea de una banda de personajes variopintos pero especialistas cada uno en algo diferente. Ahí tenemos a Keila (interpretada por Michelle Jenner), una ingeniera electrónica experta en códigos informáticos y ciberseguridad. Damián (al que da vida Tristán Ulloa), el hombre de confianza de Berlín, ingeniero, físico, y químico.

En el grupo también está Cameron (interpretada por Begoña Vargas), una fuerza de la naturaleza que vive al límite, y nunca calcula el riesgo. Roi (Julio Peña Fernández), experto en abrir cerraduras y entrar en la cárcel. Y Bruce (Joel Sánchez), capaz de manejar cualquier cosa. Desde todo tipo de vehículos, a armas o una lanza térmica.

¿De qué va ‘La Casa de Papel: Berlín’?

La historia se ambienta en el pasado, cuando en el mejor momento de su vida, Berlín planea robar una colección de joyas por valor de 44 millones de euros. O más concretamente, hacerlas desaparecer delante de los ojos de los vigilantes. Para conseguir esta hazaña contará con la ayuda de una banda especialmente elegida por él. Con lo que no contaba era con enamorarse por el camino…

Un comienzo prometedor

‘Berlín’ comienza con fuerza, y muestra la tónica de lo que vamos a ver en la serie. El protagonista nos presenta a su banda, en voz en off. No dura más de dos minutos, pero nos va dando detalles de cada uno, y sí, tendrá importancia en el resto de la serie. En este tipo de historias de atracos, siempre nos gusta como espectadores saber un poco más sobre cada miembro de la banda, y ‘Berlín’ se lo quita de un plumazo en los primero minutos de serie. Brillante.

El grupo encabezado por él asalta una mansión de ricos millonarios, haciéndose pasar por policías. Ahí, Berlín roba un cáliz plateado para iniciar su gran golpe. Pero uno de los millonarios que están en la cena descubre la trampa y se enfrenta a la banda… con malos resultados. En ese comienzo no solo vemos los distintos patrones de cada uno de los protagonistas, sino el carisma arrollador de Berlín (al que tiene muy bien tomada la medida Pedro Alonso) y su lado salvaje, rozando la psicopatía. A lo largo de los 8 episodios, lo iremos viendo en pinceladas, peo muy bien calculadas.

No es un grupo de música, sino la banda de ladrones de ‘Berlín’. / NETFLIX

Un atraco clásico en París. Entrar en una cámara acorazada y robar 44 millones en joyas. Aunque la historia se nos cuenta en presente, siempre está vertebrada por la explicación del plan, en su primer día en la capital parisina. Cada vez que hay un contratiempo, o algo que se sale de los esquemas, la serie vuelve a ese primer día, a esa explicación del plan, y queda demostrado que Berlín lo tenía todo calculado. Sí, la serie cae en muchos clichés de las historias de atracos, pero tiene algo a favor, y que la distancia de ‘La Casa de Papel’. Su tono lúdico y divertido. No se toma tan en serio como las últimas temporadas de su serie madre. Y eso es un punto muy a favor, porque nos hace entrar mucho más en la historia.

Personajes carismáticos

Claro está, todo apoyado en un grupo de personajes muy carismáticos. Sobre todo gracias a la interpretación de los actores y actrices. Entre todos, destaca una Michelle Jenner camaleónica y divertidísima (atentos a su radical cambio de actitud en uno de los últimos episodios, pistola en mano). La actriz no solo ha demostrado continuamente su asombrosa capacidad de doblaje (es la voz de Hermione en la saga de Harry Potter), sino que es una actriz de los pies a la cabeza, con una vis cómica a explotar.

Tristán Ulloa es otro de los que destaca por encima del resto. A estas alturas no vamos a descubrir a Tristán, pero siempre suma en cada proyecto en el que se embarca. Y en ‘Berlín’ se nota que ha venido a pasárselo bien. Sus escenas con Berlín tienen un punto extra, y además su personaje tiene un desarrollo de lo más interesante.

Damián y Berlín, las mentes criminales perfectas. / NETFLIX

El resto de actores también destacan para bien. El debutante Joel Sánchez va creciendo a pasos agigantados según avanza la serie. Con un comienzo algo titubeante, tanto él como su personaje van subiendo como la espuma, y su dupla con Michelle Jenner funciona muy bien. Julio Peña, que da vida a Roi, nos sorprende con un personaje muy diferente a lo que vimos en ‘A través de mi ventana’, aunque le sucede lo mismo que a Joel. Tarda en coger a su personaje, pero cuando lo hace, no lo suelta.

Sorprende también mucho Begoña Vargas, aunque ya la conocemos de ‘Malasaña 32’ o ‘Las leyes de la frontera’. La actriz tiene mucho que ofrecer, y mucho que ofrecer aún. En ‘Berlín’ da muestras de lo que puede hacer, aunque su personaje queda un poco desdibujado, pese al intento de darle profundidad en el capítulo más flojo de la temporada.

Historias de (des)amor

Sí, aún no hemos hablado de Pedro Alonso como Berlín. Obviamente, está brillante, carismático y canalla. El problema es que su personaje empieza muy fuerte y va hacia abajo. Sobre todo por culpa del empecinamiento de la serie en darle una historia de amor. Su romance con Camila (Camille) ralentiza y entorpece la trama principal. Entendemos la razón por la que está, pero podría haberse hecho de una forma más sutil, y que no acaparara tantos minutos de la temporada. Es uno de los problemas de la serie, esas ganas de romantizar todo y a todos, cuando muchas veces no hace falta.

Bruce y Keila, una de las parejas protagonistas de ‘Berlín’. / NETFLIX

Cuando más interesante se vuelve ‘Berlín’ es en los momentos del atraco, la planificación, o la posterior huida. Los últimos capítulos son adrenalíticos y muy divertidos. Sobre todo gracias a la aparición de nuestra querida Najwa Nimri, que vuelve a dar vida a la inspectora Sierra, levantando de nuevo la serie después de dos episodios un tanto flojos.

Con un final bastante satisfactorio y que cierra todas las tramas, ‘Berlín’ se convierte en un brillante apéndice de ‘La Casa de Papel’. No solo recupera lo que hizo grande a la serie de Alex Pina, sino que le da otro tono mucho más divertido y, por qué no decirlo, familiar, que podría convertirla en uno de los grandes éxitos de Netflix en este año que entra.

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