La presentadora de 'Espejo Público' se ha desplazado hasta Ucrania cuando se cumple un año del inicio de la invasión rusa
'Espejo Público' se ha volcado con la cobertura del aniversario de la invasión rusa en Ucrania, motivo por el que Susanna Griso se ha desplazado hasta Kiev. Desde la capital ucraniana conectaba este jueves en más de una ocasión con el programa para dar paso a entrevistas y reportajes que había hecho en la zona. Eso sí, sin ocultar una metedura de pata que dejaba a una ucraniana muy enfadada.
Durante toda la mañana, Griso establecía conexiones con 'Espejo Público' para informar de cómo se encuentra la capital ucraniana en el aniversario de la guerra "No tienes ninguna sensación de guerra salvo por alguna sirena aislada que recuerda que hay una amenaza", afirmaba la veterana periodista desde el centro de Kiev y después de entrevistar a Olena Zelenska, la primera dama de Ucrania.
En otra de sus interlocución, la presentadora se adentraba en un mercado de la ciudad para conocer cuál era la sensación que se vivía en su interior, así como analizar sus precios. Sin embargo, una de sus preguntas ya dentro de las instalaciones cabreaba y mucho a una de las tenderas, que no dudaba en mostrar su malestar a Susanna Griso.
"Lo primero que vemos es un puesto de caviar, le he preguntado a la tendera que si era ruso, y muy ofendida me ha dicho que aquí no hay nada ruso", confesaba Susanna Griso, siendo consciente de su metedura de pata. "Le he preguntado de dónde es y me dice que de Ucrania, no sabía que en Ucrania también tenían caviar y me ha dicho que sí, y de Noruega, en el caso del caviar rojo, el otro es negro", añadía.
"La gente se siente un poco intimidada por la televisión"
Asimismo, Susanna Griso destacaba la poca gente que había en el mercado: "Es un mercado un poco 'delicatessen' y me llama la atención que haya tan poca gente a esta hora, me dicen que es que posiblemente, que mucha gente se ha ido de la ciudad porque no quieren estar en el aniversario porque temen algún tipo de ataque".
Para acabar el reportaje sobre los mercados ucranianos, la comunicadora se interesaba sin éxito por el precio de los aguacates: "Es un secreto de estado no hay manera de saber lo que cuestan los aguacates". "La gente se siente un poco intimidada por la televisión. No están acostumbradas que vengan los periodistas acá", justificaba entonces el traductor que acompañaba a la presentadora.
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