ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 16 al 22 de septiembre de 2019
El uso que hace la televisión de los dramas ajenos se tiende a juzgar siempre desde una perspectiva crítica. Esta semana nos demuestra que la exposición del dolor es también una forma de remover conciencias.
Las cadenas de televisión sacan rédito de las desdichas de los protagonistas que encaran sus historias, todas ellas y sin excepción. De la misma forma que el sector audiovisual aprovecha estas emociones para captar a la audiencia, la difusión de las cruzadas vitales de terceros también sirve, en ocasiones, para concienciar al espectador sobre realidades que ignora. Es sano no juzgar únicamente la rentabilidad económica que saca un medio de comunicación de una desgracia, también hay que poner en valor la utilidad que tiene muchas veces visualizar las desventuras ajenas.
Los menores extranjeros no acompañados llevan todo el verano siendo la diana fácil para los medios sensacionalistas. Programas de televisión matinales, que viven de explotar el miedo del espectador, han encontrado en estos adolescentes un pozo sin fondo de escrúpulos del que sacar petróleo. Nos han presentado a los MENA como una organización criminal, como un todo despersonalizado del que solo se puede esperar el mal. Para algunos espacios televisivos dejan de ser individuos para convertirse meramente en siglas.
Y la realidad es bien distinta de la imagen que han proyectado durante meses programas como ‘Espejo público’ o ‘El programa de AR’, especialmente en su versión estival. Por poner un ejemplo que desmonta todo este tinglado, solo un 18% de los menores no acompañados que han llegado a Catalunya han delinquido. Ya no hace falta decir mucho más, con este dato y el mensaje que se lanzó esta semana en ‘Got Talent’ ya vamos por el buen camino.
El lunes llegaba una nueva edición del concurso de talentos de Telecinco y lo hacía con un estupendo 19,6% de share, superando al estreno de ‘La Voz Kids’ en Antena 3. ‘Got Talent’ tuvo entre sus actuaciones la de un grupo de menores procedentes de Marruecos que viven actualmente en España sin la presencia de sus padres. Más allá del talento artístico en el escenario, que puede decirse abiertamente que no era nada del otro mundo, la grandeza de su espectáculo estuvo en la potencia de su mensaje: solo eran niños en busca de una vida mejor. Con sus historias personales vinieron a romper en pocos minutos la imagen que habían ido tejiendo los medios sobre ellos durante los últimos meses. De repente los MENA tuvieron rostro para miles de espectadores que solo reconocían la criminalización de un colectivo.
Es evidente que las mentes pensantes de ‘Got Talent’ cuando ficharon a estos adolescentes no estaban pensando únicamente en hacer una labor social, sabían perfectamente que la emotividad del relato iba a conquistar a la audiencia. Pero hay que poner en valor que este tipo de reivindicaciones tengan su espacio en televisión, para romper estigmas en un espectador acostumbrando a que le inoculen el miedo.
Hablando de emociones, toca hablar del mejor regalo que nos ha dado la televisión esta semana, la cinta "Siempre fuerte, la historia de Pablo Ráez" que se emitió en La2 el pasado jueves, cosechando un 3,3% de share. Nada tienen que ver las formas de un programa de televisión de entretenimiento masivo como ‘Got Talent’ con la artesanía de un documental, pero el poder de la cámara en ambos casos sirvió para remover conciencias. Y de eso trata ‘Siempre fuerte’; Pablo Ráez era un joven marbellí diagnosticado de leucemia que en 2015 lanzó un reto a través de sus redes sociales para conseguir un millón de donantes de médula ósea. En el documental pudimos ver la admirable lucha de Pablo y como esta multiplicó considerablemente el número de donantes. Un héroe sin capa que gracias a una cámara consiguió humanizar a miles de espectadores.
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