¿Son desmesuradas las críticas al libro de Aitana Ocaña?

‘La tinta de mis ojos’, primera obra literaria de la ex concursante de Operación Triunfo, ha aterrizado envuelta de polémica reabriendo el debate sobre la figura del escritor fantasma.

Aitana Ocaña no ha sido la primera ni será la última celebrity en adentrarse en el mundo de la literatura. No hace ni un año que la joven catalana se alzaba con la segunda posición en el talent show musical de Televisión Española y, pocos meses más tarde, ya cuenta con su primer single en el mercado, un disco en camino y un libro en los escaparates de todo el país. Precisamente, ha sido este último el que más polémica ha generado en torno a la carrera artística de la cantante.

‘La tinta de mis ojos’ narra un viaje por la vida de Aitana: experiencias, anhelos y secretos acompañados de ilustraciones hechas por ella misma. ¿El problema? ha contado con la ayuda de una «coach literaria», quien probablemente se haya encargado de escribir la mayor parte del libro. Y no se trata de una afirmación a la ligera. «Nunca he hecho un libro en mi vida, yo no escribo, no sé ni cómo hacerlo. Siempre he tenido faltas de ortografía y nunca me he sabido expresar muy bien«. Estas fueron las palabras de Aitana ante la propuesta de estrenarse en la literatura que le hicieron a los pocos días de finalizar el programa.

Aitana, como todos los jóvenes surgidos de Operación Triunfo 2017, es un producto. Probablemente, el más mediático de la edición.  Y como buen producto debe de contar con un fuerte merchandasing a sus espaldas. El problema aparece cuando las cosas quieren hacerse demasiado rápido. Vivimos en el mundo de la velocidad y de la inmediatez. Lo queremos todo y lo queremos ya. Y si no lo tenemos en el tiempo deseado, nos olvidamos, y pasamos a otra cosa.

‘La tinta de mis ojos’ parece ser un claro ejemplo de esto. Partimos de la base de que hay un amplio número de seguidores de la cantante que probablemente ya tengan el libro en sus manos. Y lo hayan disfrutado e incluso se hayan sentido identificados con él. Por otro lado, las críticas tampoco se han hecho esperar, sobre todo por parte de periodistas y escritores que sí cuentan con experiencia en este campo. Para acabar, las redes sociales -una vez más- se han convertido en una conflagración que ha enfrentado a detractores y partidarios de la artista. Entre los argumentos más utilizados por aquellos que la defienden destaca la justificación de que la catalana tan solo tiene 19 años.

Sin entrar en detalles ni valoraciones sobre el contenido del libro, podemos plantearnos algunas reflexiones en torno a lo sucedido. En primer lugar, la temprana edad de la artista no es excusa válida para defender la calidad de la obra. El talento para escribir se tiene o no se tiene. Del mismo modo que se tiene para cantar o para dibujar. Se trata de algo vocacional, donde los años que llevemos en este mundo tienen un impacto mínimo. En esta línea, lo más adecuado habría sido optar por  un libro exclusivamente de ilustraciones. De hecho, Aitana cursó el bachillerato artístico y, antes de entrar en el reality, tenía la intención de estudiar diseño.

Por otro lado, volvemos a la historia de siempre. La facilidad que tienen las personas mediáticas para sacar a la luz sus proyectos. Es algo inevitable a lo que tendríamos que acostumbrarnos. Sin embargo, la cosa cambia cuando el artista en cuestión reconoce no saber escribir ni expresarse correctamente. Y es más grave todavía cuando se dice públicamente que la persona que firma el libro no ha sido la autora real de los textos que figuran en él.  Tan fácil como ponernos en la piel de cientos de escritores  -preparados, formados y experimentados- que llevan años intentando que una editorial les haga caso sin éxito alguno.

Eso sí, ninguno de estos argumentos justifican los ataques que ha sufrido la joven desde que su libro viera la luz a mediados de octubre. Todos los artistas merecen ser respetados siempre y cuando no creen intencionadamente contenidos claramente ofensivos y que pretendan atacar a la integridad física o moral de los individuos. Aitana tan sólo ha publicado un libro con el que puedes estar de acuerdo o no. Es por ello que en caso de no sentirnos identificados con él podemos criticarlo, lógicamente, pero siempre constructivamente. Cuando los comentarios van más allá de a lo que la obra se refiere, se convierten en palabras sin sentido alguno. Y cuando pasan al terreno de lo personal, tan sólo demuestran el nivel intelectual de quienes los han escrito.

Dicho esto, que los artistas sigan haciendo arte.

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