'Memento Mori' fue una de las sorpresas de Prime Video el pasado año 2023. Un thriller repleto de sorpresas y giros imposibles con un Yon González sometido a un juego del gato y el ratón con Juan Echanove y Francisco Ortiz. La serie funciono tan bien que Amazon la renovó por una segunda temporada (que nos llegó en abril de este año) y una tercera temporada, que marca el final de la serie. Un mes después de la llegada de los primeros episodios a la plataforma ya habían sido vistos por 2.071.000 usuarios únicos.Es decir, casi un 12% de los usuarios de la OTT (plataformas de vídeo que dan contenido por internet en vez de por televisión), de Amazon. Así que Prime Video decidió seguir apostando por la historia de estos dos gemelos malvados a los que da vida Yon González.
Basada en la saga literaria 'Versos, canciones y trocitos de carne', escrita por César Pérez Gellida, ganador del Premio Nadal 2024, 'Memento Mori' llega con su desenlace, dispuesta a revelarnos multitud de giros, y secretos largamente escondidos. Y, aunque solo son cuatro episodios esta temporada final, funcionan perfectamente para cerrar la historia de los gemelos Augusto y Orestes. Sobre todo en un último capítulo que termina las tramas de todos los protagonistas, de formas más o menos satisfactorias. Este final, que tiene el nombre de 'Consummatum Est', comienza fuerte, y consigue mantenernos intrigados hasta los últimos minutos.
Al inicio nos encontramos con Erika, que sigue tras las pistas de la conspiración que acabó con la vida de su madre. Y paralelamente, investigando el pasado real de su padre, Carapocha (al que interpretó Juan Echanove en las dos temporadas anteriores). En una habitación de hospital, consigue dar con el asesino de su madre y lo mata a sangre fría, quitándole el respirador, y cerrando un ciclo que llevaba años tratando de cerrar.
Por otro lado, tenemos a Sancho, que por fin ha conseguido detener a Augusto, y le somete a un interrogatorio exhaustivo. Pero Augusto es harina de otro costal, como quien dice, y se escapa de cada pregunta que le hace el policía, más frustrado según va pasando el tiempo. Aquí podemos ver el duelo actoral entre ambos intérpretes, con un Francisco Ortiz cada vez más a gusto con su personaje. Y un Yon González que cada vez es más caricatura y más cliché. Sabemos en los términos que juega 'Memento Mori', pero es algo que le juega en contra. Porque hay frases y momentos de este capítulo final que rozan lo ridículo. Sobre todo cuando el personaje de Augusto habla en latín.
Tras un interrogatorio fallido (hasta aparece Erika para ayudar, pero no consigue sacarle nada de información), la policía deja ir a Augusto, pero sometiéndole a vigilancia. Una vigilancia algo absurda, ya que les da esquinazo a las primeras de cambio. Erika, tratando de alejarse lo máximo posible de Augusto, sigue su periplo para descubrir la verdad tras el pasado de su padre, y consigue dar con el que fuera su jefe. Este le confiesa que su padre mataba para él, convirtiéndole en una especie de sicario. Y además le pide que sustituya el trabajo de su padre, convirtiéndose en una asesina a sueldo, y dándole un cuaderno donde están apuntadas todas las víctimas... y su próximo objetivo. Algo que se ve venir desde lejos. Todos podemos intuir la identidad de esta víctima.
Tras descubrir ciertos elementos en común, Sancho consigue dar con el lugar donde se esconde Augusto y va a por él. Por supuesto, solo. Allí este le ha preparado una emboscada y, después de dar su obligado discurso, le sorprende y le dispara, pero no le mata. Y, cuando decide que ya ha llegado el momento de acabar con todo, aparece Erika y le dispara, matándole y acabando con toda la espiral de violencia. Pero Augusto se guardaba una última carta. Con su muerte, se activa la subida de un vídeo a internet donde se le ve a él presumiendo de todas las muertes que ha provocado, todos los asesinatos que ha cometido. Una última jugada que consigue lo que llevaba tanto tiempo persiguiendo: ser recordado.
En la última escena, vemos a Erika en una casa junto al mar, mirando al horizonte, y con la libreta de su padre abierta, donde se ve que la víctima que le habían señalado era, en efecto, Augusto. Así que, al parecer, seguirá el camino de su padre, pese a haber estado reticente hasta ese momento. Y con esa escena, llega el final de 'Memento Mori'. Un desenlace un tanto descafeinado para una serie que ha ido de más a menos, y que ha ido cayendo en sus propias trampas y sus propios clichés.
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