Crítica de la semana: Barcelona, una ciudad que enamora si no la ves por la tele

ANÁLISIS | Semana del 29 de agosto al 4 de septiembre de 2022

La escasez de temas y el aburrimiento hacen que aflore la desinformación, sobredimensionando hechos puntuales que tienen un valor ínfimo en el día a día de la gente. El verano es terreno abonado para ello. La falta de ingenio se esparce por las distintas cadenas dando alas a temas anodinos, elevando la anécdota a categoría de  dogma y repitiendo discursos alarmistas hasta convertirlos en mantras.

Un clásico que siempre se repite durante esta época del año es el acoso y derribo contra la ciudad de Barcelona. Noticias de peleas callejeras, pisos okupados o robos de relojes de lujo en las calles más frecuentadas por el turismo. Imágenes reales, aunque no siempre, que tienen un valor relativo, pero que son elevadas hasta la sensación de ciudad sin ley cuando son analizadas por las distintas mesas de comentaristas de los programas matinales.

En ‘El programa del verano’ dijeron recientemente: “Ya hace tiempo que venimos alertando de lo que está pasando en la ciudad de Barcelona”. Pues sí, lleváis años y años de alerta, pero la realidad es que la gente que vivimos en la ciudad salimos a la calle sin chaleco antibalas. Pasear por Barcelona es igual que hacerlo en cualquier otra ciudad con algo de movimiento turístico durante los meses de verano. La probabilidad de que salgas y te roben el rolex es pequeña, probablemente porque no lo tengas. Y sí, es mejor no ir con la cartera en el culo ni dejar el móvil en la mesa, pero vamos, no es algo específico de la capital catalana, sino que ya es un poco de sentido común a no ser que vivas en Disneyland.

Sin ir más lejos, esta semana dos ejemplos, uno de exageración y el otro de ignorancia directamente. Primero, el video de una pelea con navajazos muy de ir por casa entre dos borrachos del barrio del Raval. Sí, la imagen es lamentable, y ojalá no pasaran estas cosas, pero no deja de ser una pelea entre dos señores que viven muy cómodamente dentro del agua con misterio. Puedes verlo desde la distancia y valorar la tristeza sociológica que produce que dos personas lleguen a esta situación. Pero no puedes trasladar la sensación que este es el peligro que acecha  a la gente que sale tranquilamente a comerse un helado a media tarde. Y esto es lo que nos venden, en AR y sucedáneos.

El otro hecho acontecido esta semana que ponía el foco en Barcelona fue uno que ni ocurrió en la misma: el robo con violencia en el domicilio de un jugador del Barça de nombre impronunciable. La cosa es que el suceso ni se produjo en la ciudad de Serrat, sino en una localidad que se encuentra a 20km que se llama Castelldefels y en la que vive Chelo García Cortés (apunte de cortesía). Imagino que más por desinformación que por mala fe, algunos medios decidieron titular la notica con el nombre de Barcelona.

El enseñamiento contra Barcelona en los programas que escarban en los sucesos es público y notorio. Cualquier persona con algo de conocimiento sobre las calles de la ciudad puede constatar que la inseguridad responde a contextos particulares y no a sensaciones generalizadas.  Señores de Albacete que solo ven ‘Espejo público’ , la situación no es tan tremebunda como la pintan. Barcelona está igual que hace 10 años: bonita, cara y plagada de turistas escandalosos en verano.

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