'Gran Hermano' y el caso Carlota Prado: el objetivo fallido de un boicot

La crítica de la semana: El objetivo fallido de un boicot

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 25 al 30 de noviembre de 2019

La audiencia no siempre tiene la razón, tampoco la tienen los votantes de VOX por muchos que sean en cada convocatoria electoral. Pero tampoco es solo un número ni una masa carente de criterio, son personas que libremente escogen un entretenimiento y no otro para complacer sus largas noches de otoño.

El jueves ‘GH VIP’ registraba máximo de temporada con un estratosférico 35,8% de share, pese al delicado momento que vive el formato de cara a la opinión pública. Con ello los espectadores no están refrendando lo ocurrido hace dos años en la edición anónima del mismo formato, simplemente consideran, los que se han parado a pensarlo, que por muy deleznable que fuera el presunto abuso cometido por José María en ‘GH Revolution’ la mejor forma de dar ejemplo no pasa por boicotear un programa de entretenimiento.

Escribiendo estas líneas una camina sobre tierras pantanosas al hacer equilibrios en el terreno de la malinterpretación. Dejo claro de primeras que ningún abuso está justificado, que solo sí es sí, y que un medio de comunicación no puede permanecer hermético cuando se comete un delito en uno de sus espacios. Quiero pensar que la productora de ‘GH’ actuó más por torpeza que por mala fe, pero aún así nunca es tarde para rectificar y pedir disculpas por no saber gestionar una aberración que claramente se les escapó de las manos. Del error a hacer espectáculo de lo ocurrido, como algunos insinúan, hay un trecho. Y es que si vieron la edición de 2017 eso nunca ocurrió.

En dos años han pasado muchas cosas en España y afortunadamente la percepción social de los abusos sexuales es mucho más certera. Todos, menos Ortega Smith, estamos aprendido a discernir lo que antaño mucho troglodita daba por válido. Los hechos son igual de sangrantes ahora que hace treinta años, pero los ojos con los que se miran y nuestras herramientas para denunciarlos son otros.

‘GH’ actuó tarde y mal, denunció al día siguiente pero no fueron lo suficientemente rápidos para parar el presunto abuso a Carlota Prado. Y ahí no hay disculpa posible pero sí algo de comprensión ante la posible ignorancia de no saber gestionar una situación que en el contexto de una pareja podía resultar confuso. En los acontecimientos en directo el porcentaje del error humano es mucho más elevado. Eso sí, una vez errado y tras haber denunciado, la productora debía haber sido más contundente en sus disculpas, en su acompañamiento a la víctima y en su forma de condenar los hechos. Y por si no he sido lo suficientemente claro, debe caer todo el peso de la ley sobre el supuesto agresor.

A todo esto dos años después empieza un movimiento para boicotear el formato. Perdón, antes de esto se inicia una campaña de sensibilización muy plausible y edificante sobre lo ocurrido, un guante que no supo recoger la cadena. Pero después de eso se gestó el boicot a ‘GH VIP’, animando a anunciantes a dejar de promocionarse en el concurso y despreciando a los espectadores habituales del reality. Y por ahí ya me chirría más el asunto, ese tufillo paternalista de decir a la gente lo que debe ver no es más que la superioridad moral de cierta intelectualidad que pretende sustituir la lamentable dictadura ética de la iglesia católica.

Viendo los datos de audiencia, por el momento, el boicot solo lo han comprado los anunciantes. Y es que si el objetivo final era dar ejemplo y concienciar a la sociedad sobre la tolerancia 0 respecto a los abusos, lo más eficaz hubiese sido exigir a la productora unas explicaciones que llegaran a millones de hogares a través del programa. Conseguir que la misma vehemencia que tiene Jorge Javier para censurar según que actitudes la utilizara para condenar unas conductas que tuvieron lugar en un programa que él presentaba. Aunque ya lo hiciese en su momento.

Más allá de la gente que se puede sentir ofendida por la actitud tomada por la productora con respecto a este asunto, se han sumado a la caza de brujas adalides de los derechos humanos como Coto Matamoros y otros medios de comunicación con ganas de cargar las tintas contra un formato líder de audiencia. Si tan sensibilizados están con el asunto podían haber extendido sus pretensiones a todos esos digitales y medios tradicionales que se nutren día a día del contenido que proporciona la casa de ‘GH VIP’. Pero claro, eso ya choca con otros intereses y prefieren dejarlo al margen. Una lucha de gigantes con muchos disparos al aire en la que solo hay una víctima, y se llama Carlota Prado.

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