La crítica de la semana: Algo para recordar

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS| Semana del 26 de agosto al 1 de septiembre de 2019

La nostalgia por sí misma ya es un género televisivo. A falta de ideas y ganas de trabajar en directo, la televisión tira de archivo para rellenar la parrilla veraniega.

Los programas de zapping siempre son un buen cajón de sastre para cubrir horas de contenido a muy bajo coste de producción. Y la televisión en verano en España ya se sabe, ya no funciona como el laboratorio de ideas arriesgadas que era antaño, se ha convertido en un ente con la única funcionalidad de respirar durante julio y agosto. Escasa inversión económica y mental para cubrir los meses de calor y esperar a que llegue un nuevo curso para ponerse las pilas.

Lejos de proponer una oferta apetecible cuando más mercado han ganado las plataformas de pago, las principales cadenas disfrutan relajadamente de sus vacaciones este verano. Pero vamos, si Pedro Sánchez lo hace con el país atascado, también tienen derecho a sombrilla Vasile y compañía. No es que no se trabaje en julio y agosto en televisión,  pero se trabaja menos.  En lugar de apostar por innovar,  en 2019 la pequeña pantalla nos propone recordar.

Este año es especialmente significativo el descenso de horas de contenido en directo en favor de los programas de zapping. El acces prime time de dos de las grandes cadenas está copado por dos programas basados única y exclusivamente en la difusión de imágenes de archivo. ‘¡Toma salami!’  en Telecinco y ‘Viaje al centro de la tele’ en TVE son dos propuestas calcadas; contenido ya emitido en la cadena, englobado en una temática por día, con una narración masculina moderadamente irónica como única acompañante.

Mientras la apuesta del canal público se encuentra prácticamente cada día por encima del 10% de share, logrando el pasado miércoles un notable 12,9% de share, el embutido de Telecinco sufre para llegar a los dos dígitos. Son dos apuestas respetables y con un gran trabajo de documentación, pero en temas de archivo es imposible ganarle la partida a TVE.

Y mucho más que un trabajo de zapping es el que nos ofrece la segunda temporada de ‘Lazos de sangre’. La revelación del verano pasado ha vuelto en 2019 con nuevas biografías y manteniendo el respaldo de la audiencia. Esta semana el repaso por la vida de Marisol se convertía en uno de los grandes éxitos de agosto al alcanzar un estupendo 15,1% de share. El formato se consolida y se reivindica como una de las mejores producciones de TVE de los últimos años.

‘Lazos de sangre’ marca el camino que debería seguir la televisión pública, ser capaz de recordar tiempos pasados con una mirada del siglo XXI. Como ya escribí en su primera temporada, lejos de caer en la naftalina somnolienta o en la nostalgia exacerbada, ‘Lazos de sangre’ consigue el equilibrio perfecto entre un relato narrado en tiempos de Netflix y un recuerdo al pasado respetando todo lo acontecido. Grandes historias sin edad con un envoltorio audiovisual para todos los paladares. Viene a ser lo mismo que ‘Hormigas blancas’ pero con mucho más material de archivo, un cuento amable sin dejar de incidir en los aspectos más delicados de tan apasionantes biografías.

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