Crítica de ‘La edad de la ira’: Una serie juvenil que huye de estereotipos y reivindica la normalización LGTBI

Analizamos el capítulo piloto de ‘La edad de la ira’, la nueva serie juvenil que Atresplayer Premium estrena este domingo. Una adaptación de la novela homónima de Nando López, que muestra el cruel relato de una juventud con problemas que afecta a todos como sociedad

Atresplayer Premium, la plataforma del grupo Atresmedia, sigue reforzándose y aumentando su catálogo de contenidos con el estreno este domingo 27 de febrero del primer episodio de ‘La edad de la ira‘, la adaptación audiovisual del éxito literario de mismo nombre escrito por Nando López, finalista al Premio Nadal 2010.

La nueva apuesta de ficción española, una producción de Atresmedia TV en colaboración con Big Bang Media (The Mediapro Studio) y Masficción, está protagonizada por Manu Ríos, Amaia Aberasturi, Daniel Ibáñez y Carlos Alcaide, con la colaboración especial de Eloy Azorín.

‘La edad de la ira’, que cuenta con solo 4 capítulos, arranca con el brutal asesinato de un hombre, presuntamente a manos de su hijo Marcos, un adolescente popular y sin problemas aparentes. Cada capítulo irá centrado en un personaje específico, estando el piloto dedicado a Sandra, la amiga especial/novia de Marcos.

A raíz de ahí se van sucediendo los acontecimientos que irá desvelando todas las piezas del puzzle que nos presenta la serie al utilizar el recurso del flahforward o flashblack, según se mire, en el que estaremos viajando entre el presente y el futuro.

Una serie que gana interés por momentos

El piloto nos va presentando los personajes y nos muestra la carta que cada uno de ellos va a representar en la nueva ficción juvenil. Con dosis de intriga y una duración no superior a los 50 minutos, la serie no se hace pesada y va ganando interés conforme van discurriendo los minutos.

La serie de Atresmedia acierta con su adaptación y con el trasfondo de historia que nos quiere contar, pero falla en determinados aspectos concretos. Algunas interpretaciones algo forzadas y un casting que supera en varios años la edad de los personajes que interpretan, por ejemplo, le restan credibilidad y entorpecen la excelencia que hoy busca el espectador.

El retrato de una generación que no es escuchada por la sociedad

En cuanto a su mensaje, ‘La edad de la ira’ es una denuncia social en toda regla. Muestra las dificultades que, en estos momentos, viven los adolescentes para afrontar su identidad sexual y los problemas que ello acarrea a través de la LGTBIfobia. Muy importante que una serie juvenil visibilice y conciencia sobre ello teniendo en cuenta el actual contexto de agresiones y amenazas al colectivo homosexual de los últimos meses.

Otro de los aspectos importantes en los que se centra la serie es en la violencia machista, representado en la madre de Marcos y los gritos de su marido. Un desencadenante del terrible suceso que ocurrirá más tarde.

La serie, al igual que el libro, retrata una generación reivindicativa, comprometida e hiperconectada, unos adolescentes que viven en el siglo XXI y que chocan con los viejos valores representados por sus padres y el sistema educativo. La ficción muestra la indecisión y los errores de los jóvenes, que los enfoca como algo normal, fiel reflejo de la sociedad.

Cabe destacar que, a pesar del asesinato que podemos ver en los primeros minutos de la serie, ‘La edad de la ira’ no es un thriller. Ese suceso contextualiza la trama y será el desencadenante de sus actuaciones y hechos. Algo similar como ocurre en ‘Elite’, por ejemplo.

Una interesante historia, por tanto, en la que muchos espectadores podrán verse identificados en algunos aspectos de la trama. No es una serie juvenil al uso. Es mucho más que eso. Se trata de una producción oscura dirigida tanto a jóvenes para adultos. Una historia que hará pensar y que no dejará indiferente a nadie.

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