OPINIÓN | 'Anclados', la fórmula del share o no share

  Por Jesús Carmona.

 

 
Las decisiones de programación de Telecinco vienen a ser igual que las nueras mal elegidas, no las toleras ni comprendes pero no tienes más remedio que comulgar con ruedas de molino. Estoy hablando, señores, de la nueva ficción que estrena Telecinco este próximo lunes, ‘Anclados’.

¿Que si se ha terminado ‘La que se avecina’? ¡Claro, hombre! ¿No lo sabías? Con lo bien que promociona Telecinco las cosas. Ay, ay. Pues sí, esa serie acabó tras estirarla hasta lo indecible. Y, claro, estamos en mayo y no pueden soltar amarres típicos de verano, en que la artillería es más naif por aquello de que el consumo televisivo está retozando en la playa. Aún hay que ganar un mes a lo poco.

Ya dije en su día que Telecinco es lista y su único objetivo, como bien se jacta, es no tocar aquello que funciona. Ya que se ha acabado ‘LQSA’, vamos a apostar por otra ficción en el lunes, día potente, fuerte, en el que se suele sacar músculo. Y encima, Antena 3 –claramente sobrevalorándonos- nos allana el terreno quitándonos Vis a vis y poniéndonos un ‘Pekín Express’ con una chica menuda llamada algo así como Cristina Pedroche, que se empeña en triunfar en la pequeña pantalla enseñando los senos.

Sinceramente, no sé qué teme Antena 3 porque la serie de Mediaset es una versión descafeinada de lo que pude ser y no fue, otro intento baldío por recomponer su mancillada dignidad serial. Claro que si yo hubiera emitido ‘Aquí paz y después gloria’ también querría recobrar algo de abolengo. Por cierto, ¿qué fue de aquello? Creo que a buen puerto no tuvo que desembocar porque Antonio Resines anda cabreado y escupe impropios a cada segundo. Creo que Resines, Terelu Campos y Risto Mejide podrían formar algo así como El Club de los Incomprendidos. Valen más por lo que callan y aguantan…

Total, que ‘Anclados’ va de una serie de miserables. Sí, así lo han definido en la presentación oficial de la nueva apuesta a la que hemos asistido. Es una comedia de miserables, semipijos, que conviven en un barco. Un microcosmos acuático y ya. No busquen más profundidad. Hay estereotipos a cascoporro: el putero, la vengativa, la pija, el tonto, la ordinaria fea y el gitano camello. Una promesa de la televisión española. Lo mejor de lo peor. Lo peor de lo mejor, tanto monta. Y luego nos preguntamos por qué no presenta Telecinco candidaturas a los premios Iris.

Bueno, pero me he propuesto ser más suave en mis opiniones. Además, tengo que decir, y es en serio, que el elenco de actores es de quitarse el sombrero. Profesionales de la televisión, el cine y el teatro. Actores de tripa, con poso y garra.

Ahí tenemos a una magnánima Miren Ibarguren, que lleva la interpretación inoculada. Toda ella, en sí, es un personaje. Atrae con su mirada penetrante, conquista y engancha por su rigor y seriedad: “Es que la gente quiere encontrarse con una Soraya, pero yo soy seria”, se defiende. Al verla, te da la sensación de fragilidad. Su compañero de reparto, Alfonso Lara, lo remacha: “Es una mujer muy sensible, muy tierna y cariñosa”.

El actor de series tan míticas como ‘Un paso adelante’ ha manifestado su orgullo de volver a la primera línea televisiva: “Me encanta mi personaje, y encima haciendo comedia. Me siento cómodo en ella, tiene algo de ingenuidad e inocencia, algo que falta cada vez más en este mundo”.

La gran ausencia la ha protagonizado una Rossy de Palma que está en Cannes. Sus compañeros han destacado el honor de trabajar con ella. ¡Con lo que ha aportado ella al cine! Ay, madre. Esto es España. Y aquí vivimos en una cultura llamada share o no share. Por cierto, y ya termino, Úrsula Corberó, bastante desenfrenada, ha desvelado que se iría con Beyoncé a un crucero y que “haría de todo, de todo, con ella…” Maja para entrar a vivir, oye.

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