Ex-trabajadores de 'Cuéntame' denuncian abusos de su productora Ganga

La ficción cumple este domingo 14 años desde su estreno en TVE, envuelta en un inédito enredo mediático del que productora y cadena deben dar a la mayor celeridad una sólida explicación.

Si hace unos días se provocó un auténtico revuelo mediático tras unas incendiarias declaraciones de Pilar Punzano, la actriz que interpretaba a Inés Alcántara en la veterana serie ‘Cuéntame cómo pasó’, ahora se suman a esta «oscura» visión de todo lo que ha rodeado a esta
serie desde su estreno en septiembre de 2001 hasta ahora desconocida, diversos ex-trabajadores según publica El Mundo.

La ex actriz acusó a su productora Ganga Producciones de un «despido improcedente«, les apodó como una «secta donde los líderes se muestran distantes, caprichosos y tiranos» y cargó fuertemente contra su protagonista Imanol Arias: «Tienes la lengua tan larga como las manos», pronunció públicamente en su perfil de Facebook. 

Todos coinciden en señalar las malas condiciones laborales que se viven en la productora Grupo Ganga, presidida por Miguel Ángel Bernardeau y marido de Ana Duato, Merche en la ficción. «En mi contrato tengo puesto que era protagonista y cobraba nada. Menos
que Josete. Creo que ando en el mínimo del convenio de la Unión de
actores, quizás un poco menos y se quedaban 1.600 euros de mi nómina» revela Punzano.

Celine Peña dio vida a la pequeña

 de los Alcántara de 2009 a 2013

El caso más sonado fue el del despido de la pequeña Celine Peña, quien dio vida a María, la pequeña de los Alcántara, entre 2009 y 2013, y su madre Yolanda Molina aseguró sentirse identificada con la historia de Punzano en eCartelera.com. «El problema fue cómo trataron a la niña, haberla borrado del mapa de la noche a la mañana, como si no hubiese pasado por allí».

Otro caso es el de la veterana guionista Sol Alonso, quien trabajó en la primera temporada de ‘Ochéntame’ y fue autora del libro «Cuéntame. Ficción y realidad». «Hice episodios que tuvieron buena audiencia, quedamos para planificar la siguiente temporada. Me desplacé a una reunión hasta Pinto, que no me pagaron, y a la vuelta del verano un amigo me preguntó por qué había dejado el programa. Yo ni siquiera sabía que me habían despedido. Mandé un mensaje a Miguel Ángel Bernardeau, con el que había tenido un buen trato, incluso había cenado en su casa con su madre, y jamás me contestó», afirma.

Por su parte Sonia Fuente, auxiliar de producción en 35 capítulos de la ficción, tampoco se llevó buena impresión del set de rodaje. «Yo dejé el trabajo porque el ambiente estaba muy cargado, había muchos problemas y gente que no estaba bien», indica. Sonia fue becaria de la serie con 21 años, y coincide en apuntar en las «manos largas» de Imanol Arias. Cuenta con suma extrañeza su primer encuentro con el popular actor: «Estaba con un compañero en el catering y vino a saludarnos porque vio que veníamos de la escuela de Andoain. A mí me pareció raro que aquel hombre que era la gran estrella viniese a hablar con nosotros. A las dos semanas, tuvimos un encontronazo. El ayudante de dirección dijo que habíamos terminado la jornada de trabajo. Imanol me cortó el paso y me abrazó mientras el resto pasaban. Entonces, me susurró al oído: ‘¿Sabes por qué nos miran? Porque yo puedo hacer esto y ellos, no'». Y prosigue: «Al final, me llamaba Maitia (cariño, en vasco), aunque yo procuraba no tener mucho contacto con él».

Ana Duato, Miguel Ángel Bernardeau e Imanol Arias

Otros ex trabajadores de Ganga aluden a las condiciones abusivas de la empresa e inciden en ese clima tenso que envuelve el rodaje. «Yo tuve que reclamar mis vacaciones a través de un burofax», cuenta Alejandro Dorado, quien fue jefe de informática de Ganga durante ocho años. «En mi caso me dijeron: ‘Sube un momento’ y me dieron mi carta de despido. Tuvimos que ir a juicio y acabamos llegando a un acuerdo. No encontrarás muchos casos que hayan salido bien de allí», prosigue.

Un ayudante de dirección durante 10 años (no quiere dar su nombre porque sigue trabajando en el sector) también acabó demandando a la productora por despido improcendente. «Y lo gané. Ellos hacen con el dinero de TVE lo que quieren. Ha habido muchos como yo. A nosotros nos obligaban a grabar jornadas de 12 horas y luego otra jornada de 12 horas, sin llegar a tener ni ese tiempo de descanso. Era una locura». Este ayudante de dirección se queja de la hipocresía que envuelve a sus protagonistas. «Bernardeau no nos quería pagar las horas extra y luego tenía que ver cómo su mujer se iba a Níger a hacer posados solidarios para Unicef…».

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