Rocío Flores aparece de forma insólita y dinamita los planes del ‘El programa de AR’ con su decisión

Rocío Flores ha regresado a ‘El programa de Ana Rosa’ después de unas semanas apartada tras someterse a una lipoescultura.

Después de unas semanas alejada de los focos por su operación estética, Rocío Flores ha vuelto a ‘El programa de Ana Rosa’ de una forma singular. Y es que la convalecencia le ha obligado a aparecer de una manera muy distinta: de pie en todo momento, impertérrita y sin poder sentarse en el sofá del club social como el resto de compañeros. «¿Dolorida?», le preguntaba Joaquín Prat. «Llevo tres días que un poco menos, pero he pasado una semana muy mala», ha comentado.

En primer lugar, Rocío ha querido explicar por qué ha decidido pasar por quirófano. «Te voy a ser totalmente sincera. Se dice que es porque he perdido peso, pero la realidad es que quería cambiar algunas cosas de mi cuerpo y estoy muy contenta (…) Tengo el umbral del dolor bastante bajo y me duelen más las cosas. Yo lo que quería era quitarme la grasa que tenía. Entré en quirófano pesando 57 kilos», ha profundizado añadiendo que «tengo el cuerpo fajado y llevo una tabla que me impide sentarme».

En cambio, donde no ha sido tan sincera es en el terreno de sus relaciones personales, reventando así las pretensiones del programa matinal. La joven tiene muchos frentes abiertos, especialmente el que concierne a su novio Manuel Bedmar. Todo, después de que Laura Gutiérrez, supuesta amante de su chico, haya dado el paso de hablar y airear escarceos, detalles de al menos dos infidelidades y aportar incluso audios que apuntalarían su relato. Relato que va a exhibir este viernes mediante un polígrafo en el ‘Deluxe’.

«No voy a decir absolutamente nada de mi relación. Yo voy a seguir con mi vida tal cual está»

«Yo lo que voy a decir es que tengo una relación con una persona que no es publica y que no quiere saber nada del medio. Te digo lo mismo que la otra vez, mi vida sigue igual y todo está en orden. Yo me mantengo en mi línea y nunca voy a hablar de mis relaciones personales. Que cada uno diga lo que quiera. Mi chico no es una persona pública. Después de todo lo que llevo pasado esto es mínimo», han sido las palabras de Ro ante las insistentes preguntas de Prat.

«¿Cómo te sientes tú?», se le ha cuestionado con otra fórmula para lograr que soltara prenda. Sin embargo, no ha habido suerte y se ha mostrado firme en su postura del silencio y las ambigüedades que tanto le caracteriza. «Si te explico eso, ya estoy hablando, lo que digo es que no voy a decir absolutamente nada de mi relación. Yo voy a seguir haciendo mi vida normal, con mi vida tal cual está», ha sentenciado. «¿Hay alguien que mienta aquí?», ha reinsistido el presentador sin cejar en su empeño. «No te voy a contestar», le ha cortado en seco.

«¿Es un asunto hablado? Es muy fácil responder. Parece evidente que ha sucedido (la deslealtad), que lo habéis masticado juntos, tú más que él, y habéis decidido seguir adelante. ¿Me equivoco?», volvía a repreguntar Joaquín sin doblegarse a la infinita negativa de Rocío. «Lo único que puedo decir es que sigo con mi vida hacia delante», ha aseverado. Una frase con la que juega al despiste, con la que ni confirma ni desmiente las informaciones surgidas, pero que sí que permite deducir que, si ha habido una crisis, ésta se ha resuelto aparentemente.

«Aquí las únicas dos víctimas son dos personas que no tienen nada que ver con esto, que son mi hermana pequeña y mi hermano»

Acto seguido, se ha pasado a hablar de Marta Riesco y las primeras fotos públicas con Antonio David. Y ahí ha necesitado matizar las palabras de Antonio Rossi de la pasada semana con las que afirmó que la víctima de todo era Olga Moreno. «Quiero puntualizarte una cosa, Antonio. Aquí las únicas dos víctimas son dos personas que no tienen nada que ver con esto, que son mi hermana pequeña y mi hermano», ha exclamado.

Y ante las críticas de los tertulianos hacia su padre por mantener una doble vida, consolidando una relación con Marta sin formalizar el divorcio con Olga, ha torcido el gesto y se ha pronunciado: «Está separado físicamente desde hace seis meses. Está conviviendo con esa persona y luego cuando le toca está con sus hijos. Y como padre no tiene un ‘pero’. Cuando tiene que estar, está con sus hijos». En definitiva, una nueva defensa a ultranza a su abnegado progenitor en televisión.

Al mismo tiempo, le han preguntado por cómo digirió esas imágenes del ex Guardia Civil y la reportera y si cree que ha sido el momento de exhibirse. «Sobre la imágenes pienso que son dos personas que han iniciado una relación y tienen todo el derecho del mundo de rehacer su vida al igual que Olga. Sobre si es el momento o no, no soy yo quien lo tiene que decir», se ha desmarcado. «¿Supiste de su existencia antes de que se publicaran?», se ha interesado Joaquín Prat. No obstante, la respuesta era de esperar: «No te quiero contestar a esa pregunta».

Para concluir, Rocío Flores ha hecho un alegato muy serio y mirando a cámara: «Estoy en un punto en el que he decido mantenerme al margen de tal manera que ni sé nada, ni me importa, ni lo quiero saber, ni me incumbe y no creo que beneficie que diga lo que pienso. Solo digo que los mayores resuelvan las cosas y que son mayores, que tienen que aprender a resolver las cosas por sus hijos». Un recado dirigido a su padre y a Olga Moreno.

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